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 domingo, 05 de octubre de 2003

Reflexiones sobre éxitos y fracasos

Antonio Grimau es un veterano actor de telenovelas. Desde esa posición aseguró que el tiempo no pasó inadvertido para el medio en el cual desarrolló una carrera que le brindó picos de popularidad: "Cambió en gran medida la temática. Hay una apertura mucho mayor hacia temas que antes eran tabú, como la sexualidad o el sida, de los cuales por suerte ahora se puede hablar. Eso en primer lugar y también la producción. Creo que fue cobrando una calidad mayor la imagen, la estética y el desarrollo".

Los cambios aportados en los últimos años, según el actor, contribuyeron a modificar la idea frecuente de la telenovela como un género subestimado: "Creo que tradicionalmente fue un género que sufrió una subestimación bastante frecuente, pero eso es algo que afortunadamente ya no ocurre. Se ganó un lugar y creo que merecido. Es muy difícil llevar adelante el trabajo en la telenovela y para nosotros es un verdadero ejercicio. Por supuesto que hay telenovelas malas, buenas y regulares, pero cuando está bien hecha, puede ser un producto de total aceptación".

En el proceso, el público también tuvo su parte, y la calidad, que Grimau destacó en el caso de Pol-ka, con la cual colaboró para otro exitoso producto como fue "Verdad/consecuencia": "Pol-ka marcó un cambio de rumbo cada vez que introducía un nuevo producto".

"Creo -explicó el intérprete de Jano- que lo que aportó es un cambio en la estética, en el modo de producir, en el casting, en los elencos, en los libros. Hubo una vuelta a lo popular desde otro lugar, una mirada interesante sobre el costumbrismo y sobre historias que nos identifican y nos definen y tienen un perfil propio".

Después de treinta años de carrera, Grimau asegura que aún en el mejor de los casos, una carrera es perfectible: "Siempre quedan cosas en el tintero, personajes interesantes que uno quisiera hacer alguna vez, pero hasta aquí, no sé si es conforme la palabra, pero estoy bastante satisfecho en cuanto a las pautas que tenía en un principio presentadas como objetivos a lograr. La conformidad total uno nunca la tiene".

En ese sentido añadió: "Mi carrera se me fue de las manos para bien, porque lo que pretendía en un principio era mucho más modesto, pero tuve la suerte de llegar a actuar inclusive fuera del país. Eran objetivos que cuando empecé no los pretendía. Era mucho más humilde".

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