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 domingo, 05 de octubre de 2003

Datos recientes que maneja el gobierno superan casi 2 puntos las previsiones
El PBI crecería un 7 por ciento
El mayor consumo y la inversión privada impulsan una mejor performance de los indicadores

El crecimiento de la economía en el año superará en casi dos puntos las proyecciones oficiales, impulsado por la recuperación del consumo y la inversión privada, según los últimos datos que maneja el gobierno. Por eso, el repunte de la actividad no sería del 5,5 por ciento previsto en el presupuesto ni del 6 por ciento que estimó el mes pasado el Ministerio de Economía, sino que estaría por encima de los 7 puntos.

El presidente de la Nación, Néstor Kirchner, recibió los últimos días en su despacho una síntesis de indicadores que confirman la recuperación de las principales variables macroeconómicas en los últimos meses, que fue realizada en base a distintos informes privados.

Según la consultora JP Morgan, por ejemplo, autora de uno de los papers que maneja el jefe de Estado, el crecimiento sería del 7,2 por ciento en el año, mientras que para la Fundación Capital estaría en el orden del 6 por ciento.

El consumo es la base sobre la que se asienta el optimismo oficial: la consultora LatinPanel cifró en un 10 por ciento su suba para julio y la adjudicó a la estabilidad de precios, mientras que Home Research & Analysis estimó que creció un 2,6 por ciento, en función de estudios que realiza sobre los desperdicios que arroja un hogar promedio.

La semana pasada, en la reunión que organizó la Unión Industrial Argentina (UIA) en la provincia de Jujuy, varios grandes empresarios nacionales mostraron un renovado interés por el mercado interno, luego de más de un año de pensar casi exclusivamente en la exportación para mantener a raya sus ecuaciones de costos.


Claves para la recuperación
Mientras los analistas aseguran que la vuelta real de la inversión dependerá casi exclusivamente de la repatriación de capitales por parte de los propios argentinos, el flujo de inversiones empieza a mostrar buenos indicios, siempre siguiendo el estudio oficial.

Para el Centro de Estudios Bonaerenses (CEB), las inversiones privadas realizadas y proyectadas entre enero y agosto crecieron un 117,4 por ciento respecto de igual período de 2002.

La Universidad Torcuato Di Tella, por su parte, informó que el Indice de Demanda Laboral (IDL) que elabora registró en agosto una suba del 8,87 por ciento en Buenos Aires y 6,42 por ciento en Rosario, en línea con la tendencia que sigue desde abril de 2002.

También la Encuesta de Indicadores Laborales que elabora el Ministerio de Trabajo de la Nación registró subas en todos los aglomerados bajo análisis durante el mes de agosto pasado, y la mejor performance fue la del Gran Rosario, con una suba del 1,1 por ciento. Los registros de la Secretaría de Trabajo provincial revelaron que se sumaron durante el mes de septiembre unos 3.100 puestos de trabajo en Santa Fe.

Aunque la reducción de la desocupación sin contar los planes sociales fue ínfima entre las ondas de octubre y mayo último, el empleo creció un 5 por ciento en ese período, una cifra "sólo comparable con la salida del efecto tequila en 1995", según el director de la consultora SEL, Ernesto Kritz.

Finalmente, las cifras fiscales también suman a la mejora en las expectativas: el fuerte aumento de IVA, Ganancias y retenciones a la exportación se reflejó en el aumento del 40,8 por ciento de la recaudación en septiembre.


El crecimiento no asegura trabajo
Especialistas en el mercado laboral advirtieron que el crecimiento de la economía por sobre las previsiones no garantiza, por sí solo, una disminución del desempleo ni menores índices de indigencia.

En momentos en que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) empezó a realizar la Encuesta Permanente de Hogares para medir los niveles de ocupación y pobreza, especialistas en trabajo señalaron el crecimiento de la actividad económica no es directamente proporcional con una reducción en los índices de desempleo.

"La década del 90 es un antecedente reciente, en el que hubo crecimiento de la economía pero sin aumento de trabajo, incluso con mayor desempleo y precarización laboral", explicó Marcelo Lorenzo, del Laboratorio de Análisis Ocupacional de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

El especialista en temas laborales, Ernesto Kritz, por su parte, presentó en el precoloquio de Idea realizado días pasados en Bariloche, un estudio en el cual aseguraba que para que el desempleo baje a un dígito la economía deberá crecer a un ritmo del 6 por ciento anual durante los próximos seis años.

Los empresarios reclaman garantías para sus inversiones, como aumentos de tarifas, compensación a los bancos, y mayor flexibilidad laboral, para alcanzar ese nivel de crecimiento.

Pero el investigador del Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (Ceil), Julio Testa, relativizó esas proyecciones al asegurar que "se calcula una baja de un punto en el desempleo por cada tres de crecimiento del PBI, pero no es una relación lineal".

"Si el crecimiento está relacionado con la recuperación de la capacidad ociosa, la consecuencia será favorable para el empleo, pero si es por una renovación tecnológica, no habrá mayores mejoras", explicó Testa.

Además "no es lo mismo que crezca el sector agropecuario, que no es demandante de mano de obra, que los sectores industriales o de servicios, y dentro de este grupo las pymes, que demandan más mano de obra que las grandes compañías".


El perfil de los nuevos puestos
En tanto, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, sostuvo que "la tendencia al crecimiento del empleo lo lidera el sector industrial", por lo que el trabajo creado "es de calidad", en contraposición a lo que ocurrió durante la década pasada.

En este mismo sentido, Raúl Feldman, docente de la Carrera de Relaciones del Trabajo, explicó que "si el crecimiento genera empleos precarios y de bajos salarios, los mayores niveles de ocupación no resolverán el problema de la pobreza".

"El debate acerca del desempleo es un poco mas complejo que la simple relación entre crecimiento económico y tasa de desempleo", graficó Feldman de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

El docente consideró "fundamental" el papel del Estado para la recuperación del empleo y de la demanda interna a través del fomento de la obra pública que activa la mano de obra, junto a una "política activa de protección a los trabajadores en el cumplimiento de las leyes protectivas" para mejorar la calidad del empleo.

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Una fábrica autopartista bonaerense.

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