| miércoles, 10 de septiembre de 2003 | Contrataron un flete y desvalijaron una casa Insólito robo de dos menores. Dijeron que iban a hacer una mudanza y se llevaron todo lo que encontraron Parecía una mudanza, pero la casa de Balcarce y 27 de febrero fue asaltada por dos menores que contrataron un flete para trasladar todo lo que consideraron apto para llevarse. Electrodomésticos, muebles, dinero, anillos y cadenas de oro, dinero en efectivo, adornos, ropa y calzado fueron cargados en un rastrojero de una empresa de fletes, llamada para realizar "la mudanza".
Con ayuda de los vecinos, la policía ubicó al flete contratado. Era un rastrojero azul que tenía escrito "Flete Gutenberg". Contactaron al conductor y llegaron al lugar donde descargaron lo robado. "Pero ahora perdieron la pista", explicó, decepcionado, el dueño de casa.
El robo ocurrió el 1º de septiembre a media mañana, en la casa de Norberto Espinoza, un ex empleado bancario de unos 60 años que ahora trabaja a pocas cuadras de su vivienda. Los vecinos lo buscaron para avisarle de los movimientos "extraños" que habían registrado frente a su puerta, en Balcarce 2615. Cuando el hombre llegó encontró su casa casi vacía, vidrios rotos y suciedad por todas partes.
Los ladrones entraron por la puerta de ingreso, sin usar violencia, rompieron uno de los paneles de la segunda puerta, vidriada, y la destrabaron desde el interior.
El fletero declaró a la policía que fueron dos menores de edad, que le dijeron que se mudaban con su mamá, porque tenía problemas con el padre y los vecinos "por escuchar música fuerte". El chofer llevó la carga a Mendoza al 8000 y la dejó frente a una casa precaria. Cuando la policía allanó esa casa no encontró ni rastros de las cosas robadas a Espinoza.
Los ladrones se llevaron el televisor, el lavarropas, una máquina de fotos, un calefactor que no estaba instalado, muebles, ropa y calzado. Se llevaron herramientas, como una hidrolavadora. Vaciaron la alacena, con la última compra que habían hecho en el supermercado, y también se llevaron la comida de la heladera. LLevaron adornos de las paredes como "una figura de mujer hecha en bronce", que colgaba frente a la entrada. Y vaciaron la cajita de música en la que Patricia había llevado sus anillos y cadenas de oro "por temor a que las robaran" de su casa, "en un barrio".
Espinoza y la mujer son pareja desde hace diez años, pero viven en casa separadas. El robo los dejó temerosos ante los desconocidos y angustiados por el despojo. "Todo lo que se llevaron era lo que consiguió con 32 años en el banco", explicó la mujer. enviar nota por e-mail | | |