Año CXXXVI Nº 49960
Política
Economía
La Ciudad
La Región
Información Gral
Opinión
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Salud
Autos
Escenario


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 07/09
Mujer 07/09
Economía 07/09
Señales 07/09
Educación 06/09
Campo 06/09


contacto

servicios

Institucional

 miércoles, 10 de septiembre de 2003

Isabel Allende: "Pinochet siempre fue un cobarde"
A treinta años del golpe que despojó del poder a su padre, la socióloga recuerda su partida al exilio

Rodrigo Ruiz Tovar

Santiago. - El 11 de septiembre de 1973, en plena ejecución del golpe militar, Isabel Allende se despidió de su padre para partir al exilio a México. Nunca lo volvió a ver. El ex mandatario socialista se suicidó, una decisión que ahora ella ve como una salida digna en defensa del gobierno.

Isabel Allende, actual presidenta de la Cámara de Diputados de Chile, considera que los partidos de gobierno y de oposición de esa época cometieron errores, pero no duda en señalar a la derecha y los militares como los máximos responsables de lo ocurrido.

-A treinta años del golpe, ¿qué piensa de Pinochet?

-Es una persona que afortunadamente fue desapareciendo cada vez más del escenario nacional. Ni sus propios aliados están muy cerca de él, salvo el núcleo más duro. Si usted mira al candidato que estuvo muy cerca en las elecciones presidenciales (del año 2000, el derechista Joaquín Lavín) está distanciado cada vez más y no tiene el menor interés de sacarse fotografías o de hablar con Pinochet. Esto le ocurre no sólo a él sino incluso a sus propios partidos de derecha, que no están reivindicando la figura de Pinochet. Es una figura que está en el ocaso. Ahora bien, sigo creyendo que no sólo fue el principal responsable, sino que además de traicionar el juramento constitucional, de encabezar el régimen que violó todos los derechos humanos en una dimensión que nunca habíamos conocido, fue un cobarde, una persona incapaz de asumir su responsabilidad y de afrontar la Justicia. Las futuras generaciones se formarán su propio juicio histórico. Siempre buscó la impunidad, primero con una pseudoinmunidad parlamentaria y, finalmente, prefiriendo la indignidad de ser considerado demente senil.

-¿Qué esperanzas había en Chile cuando su padre fue elegido?

-La gente comprendía que era hora de hacer cambios profundos. Compartía la visión con mi padre de que Chile era una sociedad injusta, desigual y que era necesario hacer cambios profundos, que era importante hacer sentir partícipe a nuestro pueblo de un proyecto. Hacerlo protagonista en alguna medida. Era importante profundizar un proceso de reforma agraria, la nacionalización de los bancos, la recuperación de las riquezas, que era lo más importante para mi padre, y por lo tanto la nacionalización del cobre. Era algo que nunca vivió nuestra sociedad en ese nivel y en esa profundidad.

-¿Escuchó a su padre en la radio el día del golpe?

-No, nunca. Yo no tenía radio en el auto. Llegué hasta el palacio presidencial de La Moneda sin escuchar radio. Tuve oportunidad de escuchar sus palabras mucho después, cuando ya estaba en el exilio.

-Entonces, ¿cómo se enteró de lo que estaba pasando?

-Hubo un llamado de una persona que trabajaba con mi hermana Beatriz (colaboradora de Allende en la presidencia) avisando que había un golpe de Estado y por eso me dirigí a La Moneda. Alcancé a estar allí alrededor de unas tres horas. Eramos una cincuentena de personas.

-¿Cómo fue la despedida?

-El dialogó dos o tres veces con nosotros para pedirnos que abandonáramos el palacio, lo que obviamente no queríamos hacer. Fue muy difícil tomar esa decisión. Sin embargo, nos pidió, nos rogó, nos exigió. El señalaba, con muchísima razón, con más visión que nosotros, que era importante salir a dar testimonio, que había que denunciar al mundo lo que había pasado. Esa era su voluntad. El dijo que no quería heroismos, que no quería muertes inútiles, que no quería que las mujeres permaneciéramos allí, que no se quedaran quienes no tenían ningún entrenamiento en armas. Salvo las mujeres -periodistas, funcionarias y sus hijas-, su grupo permaneció con él. Su grupo médico, los detectives de la policía civil. El les dijo que se fueran y ellos no quisieron, a diferencia de los carabineros, que se fueron. Partir de allí nos daba casi una sensación de traición, pero por otro lado entendíamos la angustia que le provocaba a mi padre que dos de sus hijas estuviéramos allí.

-¿Fue importante saber si se suicidó o fue asesinado?

-No tanto. Al comienzo tuvimos muchas dudas. Las versiones no parecían claras, pero nunca me pareció tan importante, porque lo importante fue lo que allí ocurrió. Lo que yo tenía claro es que fuera suicidio o asesinato, aunque tengo claro que fue un suicidio, lo que importaba era el gesto político: estar en La Moneda, dar una batalla, resistir más de cuatro horas, rehusar los ofrecimientos de abandonar La Moneda con su familia, aunque después, gracias a las grabaciones de radioaficionados, supimos que los ofrecimientos eran subirlo a un avión y después hacer caer el avión, así de simple. Era un presidente que no iba a aceptar el exilio, ni humillaciones, ni vejaciones. Tenía que demostrarle al mundo que cuando se ejerce un mandato constitucional es hasta el final, y su mandato terminaba en noviembre de 1976. El no estaba disponible para abandonar La Moneda. Eso es lo realmente relevante para la historia. Eso explica por qué produce tanta conmoción una figura como Salvador Allende. No sólo fue consecuente, sino que tuvo una dignidad que no es fácil de encontrar.

-¿Cómo fue su vida en el exilio?

-Comenzamos un exilio en México como muchos chilenos. En lo personal estaba convencida de que iba a durar un par de años y estuvimos casi 16. Viví solamente en México, pero viajaba mucho y descubrí que Salvador Allende era una figura universal. Un referente obligado. El exilio es duro, uno no puede volver a su país, se divide la familia, muchos hijos se quedan afuera, pero en lo particular lo que cuenta es sentir que tuvimos una enorme solidaridad. (DPA)

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
La hija del ex presidente

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados