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 domingo, 07 de septiembre de 2003

A las urnas. Expectativa por la futura composición de la Legislatura
Diputados renovará sus 50 bancas
Por la aplicación de la ley de lemas, el próximo gobernador podría no contar con mayoría propia en el recinto legislativo

Atilio Pravisani / La Capital

El electorado santafesino designará hoy a través del voto directo a sus 50 representantes para conformar la nueva Cámara de Diputados de la provincia. De esas 50 bancas, 28 serán para el partido que logre la mayor cantidad de sufragios, las 22 restantes quedará en manos del resto de las fuerzas políticas.

Por imperio del sistema electoral que rige en la provincia (la ley de lemas), sumado a las particularidades que presenta esta elección, puede llegar a ocurrir que la mayoría en la Cámara baja sea conquistada por un signo político distinto al del gobernador elegido, eventualidad que se convertiría en un hecho inédito.

Según el artículo 32 de la reforma constitucional de 1962, sancionada durante el gobierno de Carlos Sylvestre Begnis, se adjudicará la mayoría de las bancas al partido (en este caso, lema) que obtenga mayor cantidad de votos, y el resto de los escaños será para las otras agrupaciones políticas.

Bajo esa disposición constitucional y el régimen electoral que regía antes de que se sancione la ley de lemas, el número de sufragios para diputados coincidió siempre con el del gobernador. De los fundamentos de esa reforma a la Carta Magna se puede concluir que el espíritu de la medida fue el de otorgar al titular del Ejecutivo la mayoría parlamentaria a fin de garantizarle la sanción de leyes indispensables para su gestión de gobierno.


El caso Reutemann
Aun cuando esto no ha ocurrido en los tres períodos en que se utilizó el sistema de lemas pues siempre el jefe del Ejecutivo consiguió más votos que los diputados. Aunque se debe recordar que en 1995 Carlos Reutemann, encabezando la lista de legisladores para la Cámara baja, obtuvo mayor cantidad de sufragios que Jorge Obeid para acceder a la Casa Gris.

En ese caso, tanto Obeid como Reutemann fueron representantes del mismo partido, pero hoy, aun cuando la posibilidad aparece como lejana, hay que detenerse en el hecho de que en una elección tan inéditamente pareja, en donde existe tanta confusión y en donde la ventaja puede ser mínima, el fenómeno podría variar y, por primera vez, podría suceder que la mayoría parlamentaria quede en manos ajenas al partido que logre imponer el próximo gobernador.

Para algunos analistas y para quienes critican los efectos de la ley de lemas, esta posibilidad produciría un efecto constitucional no deseado, al que incluso se puede agregar la perspectiva de una Cámara de Senadores adversa, aunque ello por causas bien diferentes.

Este interrogante se suma a toda una serie de especulaciones que en función del surtido y la cantidad de sublemas con distintas listas de candidatos pueden llegar a transformar a la Cámara de Diputados en una verdadera caja de Pandora. Un escenario que ningún gobernador quiere imaginar pues para lograr la aprobación de una ley importaría para el Ejecutivo el desgastante ejercicio de la negociación constante.


Cuello de botella
El dato vale la pena anotarlo porque las penurias legislativas serán tanto si gana el oficialismo como la oposición, ya que la conformación parlamentaria se puede convertir en un verdadero cuello de botella para la administración provincial que se iniciará el 11 de diciembre venidero.

En la primera de las hipótesis, y de acuerdo a lo que se puede percibir, el bloque no tendría la unidad monolítica que exhibió en este período que concluye en diciembre, y casi con seguridad en su integración deberán convivir dos o tres sectores como mínimo, con lo cual tambaleará la disciplina ya que las manos levantadas dependerán de los acuerdos previos.

En la segunda, si bien en la oposición se han unificado distintas corrientes ideológicas en una especie de lista única, precisamente, esa confluencia será una prueba a superar en la convivencia de cuatro años para sostener incólume en el tiempo las coincidencias iniciales, evitando que las casi seguras visiones diferentes que irán surgiendo con el ejercicio de la gestión logren hacer mella en el espíritu de bloque.

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