¿Te acordás hermano?

Raúl Belén, una Bruja que existe

La rompió como insider izquierdo de Newell's y wing de Racing y la selección

Miguel Pisano / La Capital

Estaba embrujado. Raúl Belén, aquel notable inside izquierdo de Newell's en el 51, se transformó en uno de los mejores wines izquierdos del fútbol argentino, cuando descolló en memorables partidos jugados en Racing y la selección nacional. Ahora canta 72 años hidalgos y dialoga con Ovacion en su casa de siempre del barrio Triángulo, vestido de domingo: pullover verde, camisa y corbata, y cabello tan entrecano como prolijamente peinado. Nacido el 1º de julio del 31 en Roldán, Belén llegó al barrio cuando apenas tenía un año y allí vivió siempre, haciendo de las suyas en los inolvidables picados y torneos de siete de los Clubes Triángulo, el bravo Defensores de Villa Urquiza y el mítico Recuerdos de Evita, donde ahora comparte con sus amigos interminables tardes de fútbol, vermú y tango.

-¿Por qué Bruja?

-Por mi hermano, René, que era tres años mayor y le decían Brujo por las cosas que hacía con la pelota. Entonces yo era la Brujita.

-¿Y quién era mejor?

-Qué se yo, preguntales a los que nos vieron. Mi hermano era muy bueno y yo también jugaba bien y he jugado en Ñubel, Racing y ocho años en la selección, con un Mundial, dos Sudamericanos y un Panamericano. Pero yo no te puedo decir si mi hermano era mejor porque van a decir «a quién le ganó» y que hablo porque él ya no está.

-Pero la Chancha Piraíno dijo el domingo que tu hermano era mejor, en una especie de clásico del jugador que no llegó al profesionalismo.

-Mi hermano jugaba muy, pero muy bien. Yo aprendí mucho de él, del Tato Mur y de Benavídez, el 9 de Ñubel.

-¿Es cierto que el Hacha Brava Navarro te rompió la camiseta de una patada?

-Sí, éramos compañeros en la selección, pero él jugaba en Independiente y yo en Racing, entonces me dijo: "Bruja, el domingo es el clásico y cuando te agarre, te parto al medio". En la primera pelota la tenía en el córner, le amagué para todos lados y salí corriendo sin la pelota, me corrió, se me tiró de atrás y me pegó una patada en la panza, que me rompió la camiseta. "Pará, Hacha, que la pelota quedó allá", le dije. "Hijo de puta, me la hiciste comer", se rió.

-¿A Lombardo le hiciste lo mismo?

-No, fue parecido. Con Lombardo habíamos sido compañeros en Ñubel, pero en ese partido él jugaba para Boca y yo para Racing, en La Bombonera. Venía corriendo como desde diez metros, la pisé, lo hice pasar de largo y resbaló como loco en el barro. Entonces me paré y le dije: "Eh, Lombardo, ¿qué buscás, esto?". Me reputeó y me dijo que no se lo hiciera nunca más.

-¿La mejor delantera de Newell's que viste?

-Marcos, Montes, Obberti, Zanabria y Becerra.

-¿Vas a la cancha?

-Hace 25 años que no voy a la cancha porque los porteros no me dejaban entrar porque decían que los comprometía porque los estaban mirando los inspectores, pero dejaban entrar a todos los que querían. Cómo será que en un partido con Racing me vio un dirigente de ellos, me hizo entrar y vi el partido al lado de Muñoz. Ahora Grondona me va a dar un carné para entrar a la cancha.

-¿Antes jugaban mejor?

-Había más libertad. Ahora te agarran de la camiseta, de los pelos. Me gustaría que siga Castrilli porque no se casaba con nadie.

La Bruja y su nieto Leandro, 10 de la 92 de Ñuls.