| sábado, 26 de julio de 2003 | El equipo terminó su trabajo en Mar del Plata con una actuación poco convincente ante Temperley en la cancha de Cadetes Newell's y apenas una mueca como despedida Ganó 1 a 0 pero le faltó juego asociado y sorpresa. Silvani hizo el gol de penal Gustavo Conti / Ovación Mar del Plata (enviado especial).- No hay que dejar de lado los atenuantes: que se trató apenas de un partido de pretemporada, que la cancha de Cadetes de San Martín si bien era buena resultó chica y que varios jugadores arrastraban un cansancio importante. Tampoco hay que dejar de contar la otra parte de la historia: que enfrentó a un rival de la Primera B, que como Newell's viene trabajando con cargas altas y que le complicó la tarde. En ese contexto siempre es mejor terminar ganando, aunque sea con un penal inexistente, pero no fue un dato menor que Veira se haya ido preocupado. Quién mejor que él para medir la temperatura de su equipo, y si no se fue conforme por algo será.
La estadística de los 90 minutos jugados ayer dirán que el árbitro facilitó la diferencia cuando vio penal en la zambullida de Guiñazú, que esa situación y una en el segundo tiempo que Silvani marró en el mano a mano fueran las únicas opciones de gol rojinegras. Y además dirán que Temperley contó con cuatro opciones claras, incluyendo un penal infantil que cometió Bermúdez y que Orfila marró.
Newell's careció de explosión porque no tuvo juego por las bandas y porque a Rosales lo asistieron poco, y cuando lo hicieron siempre estuvo encimado. Además, Guiñazú jamás apareció por sorpresa por la izquierda, porque acostumbró a meterse en el embudo del medio donde estorbaba a Marino, quien dicho sea de paso no logró hacerse de la pelota y por lo tanto no pudo distribuirla.
Veira pedía continuamente que la tuvieran y la hicieran circular hasta que apareciera el hueco pero Temperley se los cerró siempre y no hubo sorpresas, porque tampoco Villar se manejó cómodo por su sector y Ruiz trepó poco como variante, mientras Adinolfi lo hizo siempre pero rara vez era productivo porque, o la entregaba mal o irremediablemente volvía a empezar hacia atrás. El Bambino le pidió además más concentración a Rosada, y Silvani se esforzó mucho pero terminó siempre buscándola demasiado lejos de donde se supone debe lastimar. Igual marcó de penal y tuvo aquella mencionada oportunidad en el complemento.
Atrás Palos terminó impensadamente como el de rendimiento más alto del equipo, por su seguridad en las pocas que tuvo el celeste, y quedó claro que Bermúdez deberá tomar más timming para hacer valer sus merecidos blasones, porque con los pies aún no demostró la seguridad que transmite con sus permanente gritos. Eso sí, se complementa muy bien con Ré, quien se muestra rápido para tapar huecos y con su acostumbrada sobriedad.
Newell's no entusiasmó al Bambino en el amistoso más serio que tuvo en esta pretemporada corta. Aunque valdrá de poco de acá al comienzo del Apertura, el técnico seguramente no pierde de vista que antes del iniciarse el Clausura a principios de año su equipo no funcionó en los encuentros previos, no pudo arrancar luego y mucho menos encender ese fuego sagrado que reclamaba.
Claro que ahora parece tener con qué lograr al fin que su equipo explote, aunque ayer no lo haya demostrado. En pocos días empezará a saberse. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Un defensor de Temperley intenta frenar a Marino. | | |