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 miércoles, 16 de julio de 2003

El volante habla del presente
Ezequiel González busca la puesta a punto
El volante aclaró los motivos de su vuelta a la entidad auriazul

Mauricio Tallone / La Capital

Ezequiel González se toma su tiempo para darle una mano a su amigo Vitamina Sánchez en la tarea de resolver el vicio de la palabras cruzadas y transita casi a paso anestesiado los metros que lo separan de la cita a solas con Ovacion. Es el mediodía de un martes sorpresivamente cálido en Tandil y el Equi con un simple movimiento de cadera ya está incrustado en un sillón, entregado a la acaricia de los acordes que brotan de la música de fondo. Es el momento del relax, del desenchufe vital tras una jornada que arrancó bien temprano con la habitual concurrencia al gimnasio para endurecer algo más los músculos y la posterior práctica en el Tandil Golf Club.

Decir que la voz de la flamante incorporación de Central suena serena puede considerarse tan obvio como que Ezequiel no acusa el recibo de la frustración por haber armado tan rápido las valijas de la vuelta. Como en su semblante no hay lugar para los artificios, nada parece estar fuera de control. Así resolvió cuando le convino fugarse del acoso de los dictámenes de la Fifa que pusieron en riesgo su amor por Central, y así actuó ahora que se dejó seducir por el atajo que toman los conformistas. Aunque haya firmado un contrato de excepción con su nuevo y viejo club, el Equi sabe que retrocede un par de casilleros. Pero así son las reglas del juego. Acaso era lo que debía pagar para salir indemne de su largo aprendizaje como estrella. Por eso hoy sólo está dispuesto a reconocer los colores primarios de la camiseta de Central y una hinchada que le den sentido a su vida. El resto es un mundo ancho y ajeno, un edén de cartulina cuyo encanto hoy no le interesa descifrar.

-¿Regresaste a Central para limpiar las cosas que se dijeron de vos cuando no se sabía a quién le pertenecía tu pase o realmente pegaste la vuelta porque lo sentías?

-No, no. Volví porque se dio la oportunidad y además porque se terminaron los problemas que había con relación a la tenencia de mi pase. Pero yo siempre tuve ganas de volver a Central.

-¿Entonces acá la parte económica no cuenta?

-Está claro que desde lo económico quedarme no me favorece. Cuando salió esto de Central yo tenía varias ofertas para irme a jugar afuera y de equipos muy importantes de la Argentina, pero me decidí por Central porque este club en mi vida es otra cosa. Soy hincha y me gusta estar acá. Además cuando a mí se me pone algo en la cabeza es difícil que me lo saquen así nomás. Durante las horas previas a que se arreglara todo con Central, mi viejo y mi hermano intentaron de todas las maneras posibles convencerme para que aceptara algunas de las propuestas que tenía y al final ganó yo. Se me había puesto que quería volver y lo cumplí.

-¿Qué les dirías a aquellos que pensaron que especulabas con quedarte con tu pase para no regresar a Central?

-Creo que muchos me hicieron quedar como el malo de la película y por eso nunca salí a hablar porque no me interesaba entrar en polémicas con Central. Solamente salí al cruce de algunas declaraciones cuando aseguraron que el pase ya había quedado para Central y eso me dio bronca. El periodismo entendió que no quería volver y no era así, yo quería quedarme con mi pase. Pensaba y pienso que es lo que correspondía para la situación que se estaba viviendo. A Central le quedaron debiendo pero también cobró parte de mi venta y a mí la Fiorentina me quedó debiendo muchísimo. Cuando decidí irme puse en la balanza el buen dinero que iba a ganar y no cobré todo lo que estaba estipulado en ese contrato porque me quedó mucha plata en la quiebra. Acá el error fue haber dicho que yo no quería volver a Central, cuando la verdad era que yo quería quedarme con mi pase porque me correspondía.

-¿Creés que el hincha de Central entendió cómo era la mano o en algún momento creyó que no querías volver?

-Si me dejo llevar por la respuesta que me dieron en la calle siempre recibí muestras de cariño, pero también algunos amigos me comentaron de que la gente en un momento se confundió. Pensó que no quería volver, tal vez les pasó eso porque nunca salí a aclararlo.

-¿Entonces no fueron sólo las cuestiones del corazón lo que pusiste en la balanza para aceptar ponerte otra vez la camiseta de Central?

-Sí, además también quise ser justo. Como en su momento reclamé quedarme con el pase, ahora que se dio creí que debía jugar un año en Central. Es una manera de que ninguno se quede con las manos vacías. Sin ánimo de ser egocéntrico, me pareció justo de que Central y yo compartamos al menos este año juntos.

-¿Tuviste miedo de que la gente de Central reaccionara mal con vos cuando fuiste a ver el último partido del Clausura contra Boca?

-Algo de miedo tenía, pero por suerte recibí muchas muestras de afecto. Eso también influyó para que me decidiera a venir.

- Desde la mirada futbolística, ¿no creés que es un retroceso para tu carrera esta vuelta?

-No, siempre dije que a Central iba a volver lo antes posible y se cumplió. Tal vez esperaba hacerlo más adelante pero se dio así e igual estoy feliz. Cuando me fui a la Fiorentina en mi casa estábamos todos llorando de tristeza. Y ahora cuando arreglé con Central todos lloramos de alegría.

- ¿Esto de regresar tan rápido se puede entender como que Europa no es para vos?

-No, nada que ver. Porque en la Fiorentina me adapté bien, jugué, me sentí cómodo. Aunque acá estoy mucho mejor. Yo no pertenezco a esa clase de jugadores que se mueren por ir a Europa, a mí me gusta jugar acá. No niego que la parte económica te moviliza a tomar algunas decisiones y a hacer algunos sacrificios, pero si fuera por mí me quedaría toda la vida jugando en Central.

- ¿Vas a terminar tu carrera en Central?

-No, eso hoy por hoy es medio complicado. Porque lo que pierdo económicamente durante este año al quedarme a jugar en Central en algún momento lo tengo que recuperar. Todavía aspiro a hacer una buena diferencia económica y después obviamente volver a jugar con esta camiseta.

-¿Qué encontraste de diferente en el mundo de Central?

-Y...veo que en el plantel actual hay muchos chicos. Si bien en aquel grupo del Patón Bauza también había jugadores jóvenes, será que ahora yo ya pertenezco al grupo de los más experimentados. Igualmente muchas cosas no cambiaron, conozco a Miguel (Russo), al cuerpo médico, a varios de los muchachos como Vitamina Sánchez y Petaco Carbonari.

-¿Sentís que al volver estás aprobando la última materia que te faltaba para ser ídolo en Central?

-No sé, me cuesta contestar esa pregunta. Lo único que pido es que la gente que estaba dolida conmigo por los problemas que existieron por mi pase se dé cuenta de que no había mala intención de mi parte. No fue culpa mía, yo siento en serio la camiseta de Central.

-¿Quién tuvo la culpa de todo lo que viviste?

-La Fiorentina, porque quebró y nos cagó a todos (risas).

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El volante se toma su tiempo.

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