 | lunes, 30 de junio de 2003 | Una celebración pagana que tomó el cristianismo Las fogatas de San Pedro y San Pablo existieron incluso mucho antes de que el cristianismo les pusiera nombre. La festividad tiene su origen en Europa y se realizaba en los primeros días de verano, en un intento por extender la caída del sol, alargar las jornadas y mejorar las cosechas y cría de animales. Según la creencia popular, en estas fiestas se produce la comunicación entre el mundo profano y el mundo sagrado y se pueden concretar pequeños milagros. Además, simbólicamente, el fuego servía para alejar a los demonios y las brujas y ahuyentar los malos espíritus.
Retomando esta tradición festiva el cristianismo celebra cada 29 de junio la fiesta de San Pedro y San Pablo, el primer Papa y el apóstol de los gentiles. Ambos fueron ejecutados alrededor del año 67 por orden del entonces emperador Nerón. Pedro fue crucificado cabeza abajo según su deseo, por considerarse indigno de morir como Jesús. Pablo no corrió mejor suerte: fue decapitado. enviar nota por e-mail | | |