El escolta bahiense Emanuel Ginóbili logró el mayor hito personal de un basquetbolista argentino, al consagrarse campeón de la NBA -círculo que parecía inalcanzable años atrás- como sexto hombre de San Antonio Spurs en el SBC Center. Ginóbili, con exitoso paso por el básquetbol FIBA (dos veces mejor jugador de Europa y subcampeón en el último mundial), añadió ahora el anillo en su primera temporada en la NBA. El argentino cristalizó un buen desempeño en la sexta final, la decisiva entre San Antonio y New Jersey Nets (88-77) y los 33 minutos que permaneció en cancha (récord en los play off) reflejan la confianza que se ganó dentro del plantel. La estadística del bahiense en la sexta final incluyó once puntos (2/4 en dobles, 0/4 en triples, 7/9 en libres), un rebote ofensivo y seis defensivos (igualó su mejor marca en este rubro en la temporada), una asistencia, dos robos, una pérdida y tres faltas. Ginóbili otra vez tuvo un tempranero ingreso al perímetro. Desde ese momento y hasta el final del período consiguió un robo, tres aciertos en cinco lanzamientos libres y forzó tres faltas de sus adversarios. San Antonio, sin línea de juego, terminó abajo el cuarto inicial por 25-17. El segundo segmento, habitualmente uno de los que Manu juega más tiempo, esta vez lo contó en cancha recién a partir de los 8m. 14s cuando reemplazó a Stephen Jackson. En ese lapso, Ginóbili marró su primer tiro de dos puntos y tomó un rebote. En el tercer cuarto, que jugó desde los 3m.40s, el mejor atributo del bahiense fue su empeño en la tarea defensiva, buena parte de ella dedicada a controlar el base y figura rival, Jason Kidd. Anotó su primer tiro de campo con una lucida bandeja y tomó un rebote ofensivo. Pero fue generoso en el rubro de los desaciertos: un tiro de tres, otro de dos, una pérdida y una falta personal. San Antonio concluyó el parcial con seis puntos de desventaja (57-63). El último segmento, en el que San Antonio revirtió el curso del partido, fue el mejor de Ginóbili. El escolta bajó cuatro rebotes, anotó un doble con una volcada después de un robo, embocó cuatro lanzamientos libres y cedió una asistencia. El rubro bajo fueron los triples: marró otros dos. Fue, al cabo, una actuación gravitante, a la altura del acontecimiento, que le pone punto final a una temporada en la que Ginóbili demostró que tiene el el carácter imprescindible para pertenecer a la elite del deporte mundial. (Télam)
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