Año CXXXVI
 Nº 49.873
Rosario,
domingo  15 de
junio de 2003
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Integración. Kirchner y Lula sellaron una alianza para resucitar el Mercosur. Las empresas piden nuevas reglas de juego
Argentina-Brasil: relaciones carnales
El proceso de integración regional está frente a una oportunidad histórica. El desafío estará en la consolidación de una sociedad sin nuevos hegemonismos

Marcos Cicchirillo / La Capital

Desde antes de su asunción como presidente de la Nación, Néstor Kirchner, anunció que el eje de su política exterior pasaría por el fortalecimiento del Mercosur y el abandono de las "relaciones carnales" con Estados Unidos. El miércoles pasado el mandatario comenzó a transitar por ese eje, eligiendo a Brasil como el destino de su primer viaje al exterior. Allí firmó con su par brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, un documento de 23 puntos que apuntan, con medidas de mediano y largo plazo, a reactivar el proceso de integración regional.
Aunque el acuerdo esboza una serie de lineamientos de trabajo y bastante de contenido político, no se conoce aún un programa concreto sobre el recorrido que transitará el gobierno de Kirchner para una convergencia hacia un Mercosur que se presenta con numerosas aristas por pulirse.
Entre ellas, evitar que la nueva alianza se convierta en una nueva versión de las relaciones carnales.
Los próximos meses serán clave: el mayor desafío estará hacia el interior de ambos países, que deberán intentar coordinar posiciones de cara a las duras negociaciones que se están llevando adelante al mismo tiempo también con los diferentes bloques económicos: Alca, Unión Europea, etcétera.
Los hombres del gobierno nacional señalan que la apuesta del primer mandatario al Mercosur pasa por juntar una masa crítica que le permita negociar en mejores condiciones con otros bloques.
Por eso, cuando los funcionarios van un poco más allá, trazan un puente de plata con los países que integran el Pacto Andino, destinos donde Argentina tiene mucho terreno para competir con sus productos. Esos países, para Brasil, representan no sólo importantes mercados sino sobre todo fuente de abastecimiento energético. Lula, en la cumbre con su par argentino, hizo una especial mención a Perú.

Levantar el muerto
El Mercosur vivió su mejor etapa durante los primeros años de los 90 cuando el comercio entre los cuatro países miembros se multiplicó. Después llegaron las fuertes crisis económicas en la región aunque en diferentes etapas.
Hoy, la dupla Kirchner-Lula tendrá por delante que superar crecientes presiones internas, dada la caída de la producción brasileña -que en abril fue del 4,2% y de 0,1% en el primer trimestre- que puso a funcionar la aceitada maquinaria lobbysta de los industriales paulistas presionando para incrementar sus ventas al exterior debido al retroceso del consumo interno, donde el destino "natural" para colocar sus productos, por costos, conocimiento de mercado y cercanía, es la Argentina.
En tanto, por el lado argentino, los empresarios también ya tuvieron sus primeros escarceos con el actual gobierno cuando días atrás hicieron conocer su posición en torno a que el dólar debería sostenerse en los tres pesos e instaurarse salvaguardas intramercosur. La idea es continuar avanzando en el proceso de sustitución de importaciones, que parece haber llegado a un techo, y frenar el avance que se está notando de importaciones desde Brasil.

Reglas de juego
Por esta razón, uno de los problemas centrales que deberán resolver ambos mandatarios son las reglas de juego tanto para la administración del comercio bilateral como la articulación de políticas que permitan morigerar los desacompasados ciclos económicos por el que hoy atraviesan las dos economías, con la construcción de consensos dentro sus respectivos territorios.
Sobre el primer punto aparecen grandes diferencias entre los países miembros en materia arancelaria extramercosur, donde los cuatro países, incluidos Paraguay y Uruguay, "sortean" las barreras comerciales comunes vía distintos mecanismos.
El economista Ernesto Seselosky pone algunos ejemplos del lado argentino: arancel cero para importación de bienes de capital, regímenes de admisión temporaria, donde ingresan insumos que forman parte de productos destinados posteriormente a la exportación, sólo por citar algunos, mientras que los porcentajes promedio extrazona son del 35%.
De allí es que plantee que se produce un desinterés para alcanzar acuerdos de complementación en la producción entre los empresarios de los países miembros del Mercosur. De todas formas, Seselosky reconoció que "hoy existe voluntad política de ambos presidentes para modificar esta situación que no es poco".
Sin embargo, el economista consideró que necesariamente para avanzar en una integración real a nivel regional los empresarios y productores argentinos y brasileños deberán sentarse a negociar con los números en la mano. Por lo pronto, el gobierno nacional admitió el liderazgo de Brasil.
Dentro de los productos considerados "sensibles" para la Argentina, incluye a varios sectores que tienen un peso importante dentro de economía santafesina, como son la metalmecánica, maquinaría agrícola, autopartistas, muebles, y agroindustria, entre otros, donde una masa importante de estas empresas son de capitales locales. Son casos distintos a las disputas en otros rubros como pueden ser el automotriz, que en última instancia salda las discusiones entre entre filiales de corporaciones multinacionales.
Habrá que ver cómo el gobierno, que dijo querer recrear la burguesía nacional, y los empresarios locales, mueven sus fichas. Por lo pronto, las primeras conclusiones que les dejó el primer encuentro que sostuvieron la semana pasada directivos del sector metalmecánico con el flamante secretario de Industria, Alberto Dumont, es que la gestión Kirchner imprimirá un fuerte impulso hacia el Mercosur.
Aunque el funcionario, durante la primera ronda de encuentros con los distintos sectores productivos, deslizó que comenzará una etapa de reuniones donde buscará profundizar y coordinar políticas a nivel más micro que converjan con los lineamientos macro establecidos para el proyecto de integración, aclaró no se producirán grandes cambios en el corto plazo.
De todas formas, Dumont tomó nota de las preocupaciones de los industriales y confirmó que tiene bajo estudio un proyecto de salvaguardias para el Mercosur que presentó la UIA a Lavagna. Un pedido que ya causó el rechazo de Brasil.
El ministro de Economía, Roberto Lavagna, que repatrió a Dumont de Europa, donde compartieron gestiones para el Estado argentino ante la Unión Europea, reconoció que teme una invasión de productos brasileños. Por eso planteó la conformación de un esquema de reglas de juego que, entre otras cosas, contemple los ciclos de expansión y recesión en cada país.
Para alcanzar lo que en el largo plazo sería una convergencia macroeconómica, incluida la monetaria, Lavagna busca en el mediano plazo mecanismos de ajuste para las etapas donde existen divergencias en los ciclos económicos. Esto se iría reforzando con una integración física (donde aparecen importantes obras de infraestructura, algunas esbozadas o aprobadas que deben ser puestas en marcha, que a nivel sudamericano rondan los 300 mil millones de dólares), financiera y apertura de servicios.

Conversando con EEUU
Pero toda esta empresa requerirá además ingentes esfuerzos de ambas partes, dada las señales que llegan desde los Estados Unidos para acelerar el proceso de integración dentro del Area de Libre Comercio de las Américas (Alca) previsto para el 2005 o por medio de acuerdos bilaterales. Las perspectivas indicarían que durante la cumbre de noviembre próximo en Miami los plazos serán prorrogados.
Por esta razón, al mismo tiempo, Estados Unidos avanza con la fórmula de tratados de libre comercio (TLC) bilaterales, como el firmado una semana atrás con Chile; y similar al que le ofreció el secretario de Estado Colin Powell el martes pasado a Kichner en su fugaz visita de dos horas a la Argentina; y así imponer sus condiciones más tarde en el Alca utilizando la estrategia de "divide y reinarás", que significa mayores riesgos dado el grado de apertura que se busca tanto comercial como de capitales. A México ya lo tiene incluido dentro del Nafta y algunos de los países centroamericanos también firmaron pactos bilaterales.
Pero tanto desde Brasil como desde la Argentina insistieron en que el Mercosur negociará "unido" frente al Alca, la Unión Europea y en la Organización Mundial del Comercio bajo la fórmula de 4 más 1.
Una posición que fue reafirmada esta semana en dos oportunidades. La primera en la cumbre Kirchner-Lula y la segunda en el marco del encuentro informal que se realizó un día después en Maryland, Estados Unidos, donde se analizaron los avances de las negociaciones a nivel Alca. Donde también se remarcó que mientras el país del Norte no avance en la eliminación de los subsidios al agro, difícilmente se producirán avances.
La resolución que choca de lleno con la decisión del gobierno de George W. Bush, quien engordó sustancialmente a partir del presupuesto de 2002 las partidas para proteger a sus farmers. Y que también se vio en el acuerdo con Chile, donde las cuestiones agrícolas recién se discutirán dentro de una década.
En un contexto donde las principales economías del globo, Estados Unidos, Unión Europea y Japón, se encuentran en una etapa de estancamiento y con pronósticos favorables de crecimiento en la región para los próximos años, la integración económica en América latina tiene una oportunidad.



Kirchner y Lula se pusieron la camiseta del Mercosur.
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