Su Newell’s, ese que lo vio nacer y crecer futbolísticamente, siempre está presente. A través de internet sigue de cerca todo lo que pasa por el Parque, donde dejó muchos amigos. "Leo siempre el diario para saber lo que sucede. Lamentablemente los resultados siguen sin aparecer", expresa con un tono de desánimo. El volante fue testigo de la muestra de desaprobación de la gente hacia el equipo en el empate ante Racing, una situación que no le llama la atención porque él también las tuvo que padecer. "Yo pasé por varias tormentas como estas. La última grande que viví se produjo antes de emigrar. Recuerdo que entrenábamos solos porque hacía tres meses que no cobrábamos y habíamos desistido de ir a Mar del Plata. Ribolzi nos citó para entrenar en el Coloso, pero fue solo. Ahora con el tiempo lo veo como una anécdota, pero el momento era difícil". —¿Coincidís cuando se dice que, a diferencia de otros tiempos, en la actualidad no salen tantos jugadores como antes y por eso es que la realidad de Newell’s no cambia? —No salen en cantidad. Muchos de la categoría 78, por ejemplo, llegaron a primera y anduvieron bien. Creo que antes había muy buenos equipos que peleaban todos los torneos. Hoy, en cambio, tenés sólo un jugador de una categoría que llega a primera. —En Newell’s se le dio la oportunidad a técnicos de la institución para dirigir la primera. ¿Creés que estuvo bien? —El entrenador del club conoce bien todo, por eso es bueno darles oportunidades. Las equivocaciones pasan por otro lado, existen presiones, están muy encimas de ellos. . . Castelli, por ejemplo, la tenía muy clara. A la distancia ahora me doy cuenta de que hablando lograba cosas. Además, lo que conseguía era para todo el grupo y cuidaba al jugador. Rebottaro, con el que tenía buena relación, también lo hacía, pero había otras presiones que lo llevaban a hacer cosas que no quería. Era su trabajo y debía acatar las órdenes. Pero él entendía al futbolista y se podía hablar. —¿Cómo tomaste lo que sucedió con Saldaña? —Esas cosas no se entienden en el ambiente. No sé si con Llop eran amigos, pero creo que con Zamora sí. Cuando vas de frente las cosas van a doler menos. Creo que se produjo un cortocircuito para que no juegue más.
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