Año CXXXVI
 Nº 49.867
Rosario,
lunes  09 de
junio de 2003
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Negó haber pensado en declinar su postulación a gobernador
Hammerly: "Confío en que sucederé a Reutemann"
La mano derecha del Lole aseguró que pospuso la campaña para dedicarse por completo a los inundados

Jorge Sansó de la Madrid / La Capital

Alberto Hammerly es la mano derecha del gobernador Carlos Reutemann y, aunque lo niega, su delfín (no declarado) a la sucesión en el sillón del Brigadier López. Es el hombre que Reutemann ubicó en la conducción nacional del PJ y a quien encargó en los últimos días las negociaciones electorales con el gobierno de Néstor Kirchner. Primus inter pares, ratificó su postulación y atribuyó el rumor de la posibilidad de que se baje a operaciones en su contra.
-¿Es usted el caballo de comisario para las próximas elecciones?
-Si lo dice por Reutemann, me habrán escuchado más de una vez decir que él debe acompañar por igual a todos los candidatos. No tiene nada que ver que yo trabaje a su lado, como lo voy a seguir haciendo. Quedan inconclusas una serie de obras que él piensa que podría llevar a cabo y que nosotros fielmente vamos a tratar de continuar y terminar.
-¿Están haciendo algún tipo de autocrítica en el gobierno por el manejo de la crisis desatada por las inundaciones?
-Si me pregunta si estamos conformes, le digo que no. Y eso es así porque quisiéramos poder brindar soluciones ya. Seguramente habrá muchas cuestiones para analizar y criticar, pero la urgencia no nos permite todavía eso. Estamos intentando solucionar los problemas de la ciudadanía afectada y afrontando los grandes problemas de infraestructura que por esta emergencia hídrica han colapsado.
-¿Cómo es hacer campaña en medio de esta situación?
-Es lo único que no se puede hacer. Y le aseguro que tampoco se puede apelar al cinismo de quienes dicen (o pretenden hacer) que en estos casos hay que hacer campaña sin hacer campaña. Todos cuantos me conocen saben que jamás lo haría pero, además, tampoco se hubiera podido en los momentos que se debe correr empujado no por una sino por 130 mil urgencias y las 24 horas resultan escasas.
-¿Esto se trata de un impasse en su campaña o de una excusa para poder bajarse?
-Yo estaba trabajando en un programa de gobierno. La situación hizo que debiéramos posponer esa tarea que ahora comenzamos a retomar para poder presentarla el día que oficialicemos nuestro sublema. Pero yo no dudé en ningún momento. A lo mejor hubo operaciones malintencionadas que generaron rumores en los que se me quiso hacer aparecer como que había desistido. También pudo haber interpretaciones equivocadas en quienes no entendieron que no se podía seguir trabajando políticamente por una candidatura cuando había que abocarse a trabajar por la gente damnificada de un modo enteramente despolitizado. Si lo vieron así, en cierto modo me complace porque quiere decir que nuestra preocupación dio sus frutos. Me alarmaría escuchar que alguien hubiera malinterpretado que hemos estado trabajando en busca de réditos electorales en medio de la desgracia.
-¿Le preocupa que su figura no sea muy conocida en la provincia?
-Por supuesto que es algo en lo cual se debe trabajar y ocuparse, pero tampoco es algo que me preocupe en demasía. La política no es una cuestión de mero conocimiento como han interpretado quienes con algún dinero se han asegurado constantes apariciones en los medios para hacer circular sus nombres y rostros. Se trata de mucho más, al menos para mí.
-¿De qué se trata?
-De voluntad, decisión, fuerza, idoneidad y honestidad. Los cinco elementos van sumamente interrelacionados. La voluntad de querer hacer cosas. La decisión para llevarlas a cabo pese al alto grado de exposición que eso genera y para lo que se requiere una fortaleza singular por la vulnerabilidad que se adquiere al estar expuesto o decidido a pelear por lo que uno cree correcto. La honestidad con uno mismo y para con los demás nos da la medida de que buscaremos hacer eso correcto y la idoneidad es el complemento que surge de armonizar experiencia, programa y equipo de colaboradores capaces y eficientes.
-¿La boleta sábana lo perjudica o lo favorece?
-Es algo que se define desde lo político. Yo no antepondría una necesidad personal por encima de una cuestión general. Primero están las necesidades y pretensiones del Partido Justicialista.
-¿No le parece reprobable que su partido cambie siempre las reglas conforme sus necesidades?
-Eso del cambio de las reglas es relativo. De acuerdo al decreto de convocatoria las elecciones son juntas y que la boleta vaya unida lo único que hace es simplificar el acto. La gente en lugar de poner dos boletas en el sobre pone una pero también la puede cortar. Por lo que siempre depende de la decisión del votante y la dirigencia no puede subestimar tanto al votante. Acá se trata de otra cosa.
-¿De que el PJ pueda aprovechar el nombre de Carlos Reutemann como senador en todos los sublemas?
-Se trata de Reutemann, sí. A él le temen todos los partidos. Por eso un día desde la oposición reclaman que las elecciones se hagan unificadas y cuando se unifican entonces exigen que sean separadas. ¿Se da cuenta que no se trata de las reglas, lo que es incorrecto porque además en este caso son formas de las mismas reglas, sino del temor que le tienen a Reutemann?
-¿Ya pensó en su fórmula?
-Sí, tengo pensado algunas personas pero no lo he definido aún. Le puedo anticipar que será alguien de la ciudad de Rosario.
-¿No teme que el Salado le termine aguando la sucesión?
-Le aseguro que el sucesor de Carlos Reutemann será un justicialista.
-¿Usted?
-Confío en que sí.



La supersábana "simplifica las elecciones", sostuvo.
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