Año CXXXVI
 Nº 49.866
Rosario,
domingo  08 de
junio de 2003
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En busca de crear consenso

La mitad de los rosarinos consideraron que está bien tener un arma en su casa para defensa personal y apenas un diez por ciento menos se mostró opuesto a armarse en la última encuesta de victimización realizada por la Dirección Nacional de Política Criminal, que finalizó en enero de 2001. En el mismo relevamiento, sólo un 12 por ciento aceptó que poseía armas, la mayoría jóvenes y en gran porcentaje mujeres. Menos de la mitad, casi el 43 por ciento, dijeron poseerlas por prevención, mientras otros señalaron que las tenían por deporte o para cazar.
La misma encuesta indica que en el 76 por ciento de los casos, las personas que sufrieron un delito no realizaron la denuncia: la mayoría lo justificó en la inoperancia de la policía. "Esas cifras son las que revelan la sensación de falta de seguridad", señaló el criminólogo Enrique Font, a cargo del Foro de Convivencia, un programa de participación ciudadana que funciona en Villa Banana y Ludueña.
Font señaló que entre las personas que aceptaron tener armas en su casa la mayoría tienen un nivel socioeconómico alto, "lo que indica que pueden asumir la tenencia porque tienen la documentación en orden". También en ese sector es menor el porcentaje que piensa en tener un arma en términos de seguridad "probablemente porque cuentan con otras medidas de respaldo".
Font considera que muchos casos de conflictos entre familias más humildes se inician en problemas domésticos que adquieren una dimensión mayor dadas la falta de espacio y la ausencia de mediadores. Muchos de esos casos, se dirimen bajo la amenaza del uso de armas. "Son problemas por el desagüe, el comportamiento de los animales o las molestias que generan los jóvenes en los espacios comunes, que no pueden ser discutidos en ámbitos formales, o penales, ni encuentran mediadores de tipo informal, como podrían ser los consorcios de un edificios", señaló.
El proyecto trabaja a partir de la intervención de la comunidad en los conflictos. "No se basa en la reconciliación, sino en encontrar una solución consensuada, que muchas veces empieza a resolverse al reencontrar el origen de la disputa". Aunque parezca una afirmación obvia, la suma de los sectores enfrentado en la búsqueda de la solución evitó que disputas de vecinos llegaran a consecuencias dramáticas.


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