Las "empresas recuperadas", como les dicen los operarios que, sin haberlo siquiera soñado, se convirtieron de pronto en socios de las fábricas en las cuales trabajan, forman parte del más nuevo de los fenómenos sociales emergentes de la debacle económica. Bajo la modalidad de cooperativas de trabajo o bien con el control obrero de la producción, suman unas 130 en el país. Ocupan las ramas más diversas de la industria y cerca de 10 mil obreros trabajan en las fábricas. En Santa Fe hay 14 funcionando y dan sustento a unas 3.000 familias.
El rápido crecimiento de estas experiencias (en Rosario hay unas diez y dos más que están trabajando en el plan de negocios) y el debate alrededor de la búsqueda de formas de gestión distintas son inéditos. Su evolución, dicen los especialistas, dependerá de que mantengan su carácter defensivo del trabajo o que avancen hacia un nuevo modelo de gestión
En la mayoría de las experiencias, el origen fue el vaciamiento de las empresas preexistentes, una convocatoria o quiebra. En estos casos, la "recuperación" aparece como una respuesta coyuntural.
José Abelli, unos de los gestores de este proyecto y titular del Movimiento de Empresas Recuperadas (MNER) plantea un escenario crudo. "El problema no es de las fábricas, es de la economía que nos llevó a hacer esto, estamos igual que en la década del 30, y, distancias aparte, es un momento para algo nuevo en el país", dice.
En Rosario, los casos emblemáticos son la carrocera Dic, la fábrica de pastas "Mil Hojas" y Las Avenidas ( ex Híper Tigre), a las que se sumó el Bar Lácteo de la terminal de ómnibus. "Están en lista de espera, con plan de negocios en marcha, la fábrica de Ruedas Cimetal y los hoteles Plaza y Plaza del Sol", explicó Abelli.
Las pioneras en el país fueron Impa, de Capital Federal, y el frigorífico Yaguané, de La Matanza. En Impa trabajan 140 socios que cobran entre 670 y 700 pesos al mes, de los iniciales cinco pesos por día que retiraban en el 98. En Yaguané, uno de los frigoríficos más importantes de Sudamérica, son 480 cooperativistas que se aseguran un salario mínimo de 450 pesos .
Algunas están nucleadas en el MNER, que agrupa a unos 3.600 trabajadores de 60 empresas. En tanto, Yaguané preside la Federación Nacional de Cooperativas de Trabajo en Empresas Reconvertidas (Fencooter) integrada por 17 entidades asociadas y 1.447 trabajadores.
El desafío de la gestión
En la mayoría de los casos, los empleados, para lograr sostener las empresas optaron por formar cooperativas, salvo en las experiencias de las firmas Zanón, Brukman y, más recientemente, en la Clínica Junín, de Córdoba, donde exigen "estatización bajo control obrero".
La gestión es el talón de Aquiles en este proceso. El principal problema que encuentran es la financiación: "Sabemos que el Estado tiene que apoyar esto, el miércoles tenemos una reunión con el presidente Kirchner, vamos a pedir, una reforma de la ley de quiebras", dijo Abelli.
Los nuevos empresario cifran expectativas en los fondos fiduciarios: "Hay un fondo de 7 millones de la provincia de Buenos Aires y uno de 10 del gobierno autónomo de Buenos Aires", señalan.
En Rosario, un ejemplo de "nueva economía" es la fábrica de discos de empanadas "Mil Hojas". Abelli explicó que los mayores costos en las pastas son el envase y la harina, que aumentaron un 70% en el último año. "Nosotros no lo trasladamos a l precio, por que evitamos costos financieros y controlamos gastos", describió.
La supervivencia de estas empresas está dada por el rubro en el cual se desarrollan. Las más favorecidas son las que sustituyeron importaciones.En Rosario, en los próximos meses se dará una primera experiencia con empresas de servicios, cuando los hoteles Plaza y Plaza del Sol pasen a control de sus trabajadores. Una "nueva economía" se perfila, y daría por tierra con los mitos del fracaso de empresas autogestionadas. El tiempo y la economía de contexto dirán la última palabra.