Con la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con EEUU, Chile dará un pasó más hacia una meta ambiciosa que no ocultan sus dirigentes de hoy: entrar a las "grandes ligas" de la economía mundial. EEUU es el principal socio comercial de Chile, con un intercambio anual de 6 mil millones de dólares, de los cuales cerca de 3.500 millones corresponden a las exportaciones del país sudamericano.
Según cálculos de expertos, la entrada en vigencia del TLC, prevista para inicios del próximo año tras los trámites legislativos en cada país, aportará a Chile ingresos adicionales del orden de 500 millones de dólares, lo que representa casi un punto del PBI, que en 2002 registró un crecimiento de 2,1%. De acuerdo con las proyecciones de varios economistas, el tratado añadiría cada año alrededor de un 1% del PBI, en vista de un esperado incremento de alrededor de 40% las exportaciones hacia EEUU.
El acuerdo, el primero de su tipo que Washington firma con un país sudamericano, reanima las esperanzas de que EEUU avance en las conversaciones para forjar el Area de Libre Comercio de las Américas (Alca). Sin embargo, se duda que ese tratado pueda ser alcanzado para su fecha prevista, en 2005.
El acuerdo contempla que el 87% de las exportaciones chilenas a EEUU, que en 2002 sumaron 3.680 millones de dólares, ingresarán libres de arancel a partir de la vigencia del tratado. Ese porcentaje se ampliará a un 94,8% al cabo de cuatro años, mientras que el 100% de los envíos quedará desgravado en doce años. Los productos que cuentan con un mayor plazo para el desmantelamiento de los aranceles son del rubro agrícola.
Un 54% de los envíos chilenos a EEUU corresponden a bienes industriales. Chile mantuvo en la década del 90 una tasa de crecimiento promedio del 7%, acompañada de una agresiva apertura comercial que incluye pactos bilaterales y la rebaja unilateral de aranceles para los países con los que no tiene acuerdos preferenciales.
El crecimiento de Chile se redujo en los últimos años debido a la desaceleración de la economía mundial que causó menor demanda de sus productos por parte de EEUU, Europa y Asia. Los principales productos chilenos exportados a EEUU son el cobre y sus derivados, uvas, salmón, madera elaborada, metanol, aguacates y vinos con denominación de origen. Las importaciones desde EEUU más relevantes son aparatos de comunicaciones, máquinas digitales, procesadores de datos, computadoras, camiones y autopartes.
La génesis del acuerdo
Las negociaciones empezaron a finales de 2000 y concluyeron en diciembre pasado, al cabo de 14 rondas de conversaciones que poco después dieron paso a una crisis diplomática entre los dos países, que llevó a muchos observadores a pensar que el acuerdo podría frustrarse.
Las discrepancias surgieron a raíz de la posición en contra del ataque a Irak que Chile sostuvo como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Días después, varios funcionarios estadounidenses se encargaron de comentar en público que la Casa Blanca estaba "decepcionada" de la actitud de un "país amigo" como Chile y dijeron que eso podría acarrear consecuencias al trámite legislativo del TLC.
EEUU confirmó recién días atrás la fecha para la firma del documento, despejando todas las dudas que existían sobre el futuro del acuerdo.
En todo caso, varios analistas consideran que las "heridas" no se han curado y que prueba de ello es que el TLC fue firmado en Miami por la canciller chilena, Soledad Alvear, y el representante comercial de Estados Unidos, Robert Zoellick.
Muy diferente fue la reciente ceremonia para la firma de un acuerdo similar entre EEUU y Singapur, cuyas negociaciones empezaron y terminaron casi al mismo tiempo que en el caso de Chile.
En un vistoso acto en Washington, el documento fue firmado por el presidente estadounidense, George W. Bush, y el primer ministro de Singapur, Goh Chok Tong.
Lagos se ha dedicado a hablar de las bondades del acuerdo, al asegurar que la liberalización del comercio dará competitividad a los empresarios chilenos y beneficiará a los consumidores con precios más bajos en los productos importados, lo que de paso impulsará la productividad y disminuirá el desempleo.
Similares argumentos se han utilizado para destacar la firma de acuerdos de libre comercio en el último año con Corea del Sur y la Unión Europea, y el que se firmará pronto con otros países europeos que no forman parte del bloque comunitario.
No obstante, sectores sindicales y de la izquierda consideran que el acuerdo confirma las tendencias neoliberales del gobierno de Lagos, que pertenece al Partido Socialista, y pondrá en dificultades a los pequeños y medianos empresarios, que pueden sucumbir en una competencia desigual.
Según el jefe del equipo negociador chileno para el TLC con EEUU, Osvaldo Rosales, Chile se convertirá en uno de los países más liberales del mundo, junto con Nueva Zelanda y Singapur, cuando por efectos de los acuerdos comiencen a bajar o desaparecer los aranceles.
El riesgo neoliberal
Tras la euforia inicial del gobierno cuando Washington fijó para el viernes último la firma del acuerdo, la propia administración Lagos dijo que diversos programas sociales pueden correr riesgos a raíz de un déficit de 430 millones de dólares, producto de los aranceles que se dejarán de recibir cada año como consecuencia de la liberalización.
A raíz de ello, el ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, inició contactos con los partidos oficialistas y opositores para garantizar los recursos mediante un aumento impositivo en varios frentes, lo que posiblemente incluirá un alza de 18 a 19% del impuesto al valor agregado (IVA), que produce rechazo entre los sindicatos y notoria inquietud en los pequeños y medianos empresarios trasandinos.