¿Qué pasa cuando una mujer de 66 años, frustrada sexualmente, invita a hombres de todas las edades a que acudan en su ayuda? Se ha hablado mucho de las compañías amistosas en la vejez, pero un libro de Jane Juska, "A round heeled woman" (Una mujer fácil), es un recordatorio gráfico de que no todos los que tienen 70, 80 e incluso 90 años se sienten felices con sólo tomarse las manos e intercambiar miradas tiernas a la caída del sol.
Un estudio reciente de 1.300 hombres y mujeres mayores de 60 años, hecho por el Consejo Nacional de la Vejez de Estados Unidos, halló que el 61% de los hombres y el 37% de las mujeres permanecen activos sexualmente en la tercera edad. En tanto, alrededor del 61% de los hombres y el 62% de las mujeres dijeron que las relaciones sexuales eran tan satisfactorias, o más, que cuando estaban en sus 40 años.
A Juska le gusta pasar fines de semana en una romántica habitación de un hotel con un hombre que la haga sentir joven otra vez. Sólo que su nuevo amante tiene 82 años.
Los ancianos viudos, divorciados o solterones están satisfaciendo sus necesidades sexuales con mayor facilidad que nunca, en parte por la creciente popularidad de los sitios en Internet donde se puede conversar y conocer a otras personas. Estos sitios, que en un principio sirvieron para que las personas de la tercera edad no se sintieran aisladas, están ayudando a los ancianos a ponerse en contacto con otros que no desean pasar sus días sólo cuidando nietos.
El servicio de citas en el sitio Match.com cuenta con cientos de miembros mayores de 80 años, incluido un hombre de 83, que vive en Missouri y dice que quiere conocer a una mujer que sea "adorable a la vista, agradable al trato y deliciosa al besar".
Según un sondeo entre miembros de Match.com, los ancianos, en general, son mucho menos románticos y sexuales que sus hijos y nietos. Sólo el 20 por ciento de los ancianos que respondieron al sondeo dijo que había tenido una relación romántica en el año anterior al estudio. El 37 por ciento confesó haber sido besado.
Cuando la carne apremia
Juska, una maestra que se divorció hace mucho tiempo y vive en la liberal ciudad de Berkeley, California, fue un poco más conservadora cuando decidió poner fin a sus 15 años de celibato. En vez de poner un aviso en Internet, fijó su atención en el New York Books Review, a través del cual creyó que podría conocer a alguien que compartiera su amor por la literatura.
"Antes de cumplir los 67 años", dijo, "me gustaría tener mucha actividad sexual con un hombre que me guste. Pero si desea conversar primero, Trollope es un buen tema para mí". Anthony Trollope fue un novelista inglés del siglo XIX (1815-1882) que publicó más de 40 novelas y otros trabajos literarios.
Juska no fue tímida cuando comenzó a tener noticias de sus admiradores. "Si no puedo besarte todo el cuerpo, entonces cancela tus planes de viaje -escribió a un pretendiente que quería venir a conocerla-. Porque las caminatas en la playa no son suficiente".
El libro de Juska, quien ha tenido relaciones íntimas con varios hombres de entre 32 y 84 años, pone de manifiesto la sexualidad de los ancianos. "Salir con alguien a los 70 años es tan estupendo, interesante, riesgoso, divertido y excitante, como a los 26", dijo en una entrevista.
El título "A round heeled woman" es un calificativo en inglés, ahora en desuso, que se daba antiguamente a las mujeres promiscuas. Sus relatos francos dedican bastantes páginas a mostrar que las relaciones sexuales son diferentes después de cierta edad.
"Lo que una vez estuvo firme, ahora está flojo. Lo que una vez fue turgente, ahora se ha caído", escribe sobre su propio cuerpo. Tal vez por esta razón su vestuario favorito cuando acude a una cita amorosa es un abrigo bien holgado.
Y los hombres, por supuesto, también se deterioran. "No tiene color ni cabello. ¡Por Dios, éste sí que es viejo!". Escribió sobre su primera impresión al ver a su amante actual, de 82 años, bajando de un avión. Sin embargo, Juska pasó un ardiente fin de semana con él. Después de 15 años de carencias sexuales, dijo, cualquier hombre viene bien. (Reuters)
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