Gabriela Zinna / La Capital
Adiós a la casa más antigua de Rosario. Comenzaron los trabajos de limpieza y desmantelamiento del inmueble de Juan Manuel de Rosas 930, construido en 1859. Tras su demolición, se levantará un edificio de planta baja y diez pisos. El tema promete desatar polémica, porque el trámite para demoler la vieja casona debió pasar por el Concejo, aunque nunca llegó. Hasta anteayer, la antiquísima casa mostraba la reja que denunciaba su fecha de construcción: 1859. Pero ayer desapareció, pese a que era casi una reliquia de orfebrería. Hace cinco días se iniciaron los trabajos de limpieza y desmantelamiento del inmueble y ya comenzaron a retirarse los techos. En el terreno, de 30 metros por 8,76, se levantará un edificio de 10 pisos, según confirmaron a La Capital los arquitectos Juan Blas Gastón -proyectista de la obra- y Raúl Casco, que estará a cargo de la ejecución de los trabajos. "Pedimos los permisos de demolición y estamos esperando", dijo ayer Gastón, antes de argumentar que "sólo se están haciendo trabajos de limpieza en el lugar". No obstante, este diario pudo comprobar que largaron también las tareas de desmantelamiento de techos y pisos. "Supongo que Gastón habrá hecho el trámite ante la Comisión de Preservación de Patrimonio Urbano y Arquitectónico", señaló Casco, y definió como "una lástima que no se haya recuperado antes la casa". Dicha comisión se creó a través de la ordenanza Nº6171/96 para analizar las solicitudes presentadas con el fin de recomendar sobre la conveniencia o no de otorgar el permiso de reforma o demolición de un inmueble. Es más, las modificaciones sobre las construcciones anteriores al 1º de enero de 1953 deben ser sometidas a consideración de la comisión. El dictamen de ese cuerpo luego debe ser analizado en el Concejo Municipal. El titular de la comisión de Planeamiento del Palacio Vasallo, Oscar Urruty, confirmó que Preservación de Patrimonio Urbano no remitió ningún dictamen sobre la casona de Juan Manuel de Rosas 930. El titular del Colegio de Arquitectos de Rosario, Miguel Faure, opinó que "la demolición de casas que son parte del patrimonio histórico de una ciudad debería conllevar una condena social". Y el arquitecto Roberto De Gregorio lamentó "profundamente que se destruya la casa más antigua que queda en pie en Rosario".
|  La vieja casona va perdiendo sus pisos y todos los techos. (Foto: Daniel Carrizo) |  | Ampliar Foto |  |  |
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