Santiago. - La canciller de Chile, Soledad Alvear, afirmó que el Tratado de Libre Comercio (TLC) que su país y Estados Unidos firmarán el próximo 6 de junio en Miami es "extraordinariamente positivo", pues permitirá un mayor crecimiento de la economía chilena.
"Diría que el balance es extraordinariamente positivo. Existen beneficios para ambos países, que significarán más empleo y mayores posibilidades de avanzar hacia el desarrollo. Pero, por cierto, debemos exigirnos un aumento de nuestra competitividad", comentó Alvear al diario El Mercurio.
El anuncio sobre la fecha de la firma del tratado comercial fue hecho ayer Washington, y puso punto final a varias semanas de especulaciones sobre el futuro del acuerdo, que terminó de negociarse en diciembre pasado.
Según observadores de ambos países, Estados Unidos tardó en confirmar la fecha a raíz de la "decepción" que le produjo la actitud de Chile frente al caso de Irak como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Chile se opuso hasta último momento a un ataque armado e incluso propuso extender el trabajo de los inspectores de la ONU y dar un nuevo ultimátum al régimen de Saddam Hussein, lo cual fue descartado por Washington.
Alvear acudió al palacio de gobierno para dar detalles del acuerdo al presidente Ricardo Lagos, quien la felicitó con un fuerte abrazo.
Un avance clave
La jefa de la diplomacia chilena destacó que el acuerdo representa un paso importante, pues las conversaciones empezaron poco después del retorno a la democracia, durante el gobierno del presidente Patricio Aylwin (1990-94).
"Creo que es un tratado que recoge, para todos los sectores del país, avances muy importantes. Para Chile significa un incremento y diversificación de sus exportaciones. Vamos a tener un acceso más amplio a capitales provenientes de Estados Unidos. Se va a reforzar la estabilidad económica y va a mejorar la calificación de riesgo país", apuntó la canciller.
Según proyecciones de especialistas, el impacto del TLC para Chile se apreciará en ingresos del orden de 500 millones de dólares al año, lo que representa casi un punto adicional al Producto Interno Bruto, que el año pasado creció un 2,1 por ciento.
Un ejemplo más gráfico fue aportado por el jefe del equipo negociador chileno, Osvaldo Rosales, quien señaló que su país necesitaría crecer en promedio cado año un tres por ciento para obtener en 2024 el doble del PIB actual, lo que se puede lograr en 2014 por los acuerdos de libre comercio con Estados Unidos y la Unión Europea, que entró en vigencia a comienzos de 2003.
En opinión del presidente de la Sociedad de Fomento Fabril, Juan Claro, la firma del TLC es "una excelente noticia para el crecimiento y desarrollo futuro del país". "El acuerdo tendrá un positivo impacto en la economía chilena, ya que contribuirá a estimular la inversión, el crecimiento de las exportaciones, el aumento del empleo y la expansión de la actividad a nivel general", señaló el líder empresarial.
Por su parte, el embajador de Washington en Santiago, William Bronwfield, declaró que siempre fue optimista y que las diferencias por el caso de Irak son "un problema del pasado".
Bronwfield dijo que tras la firma del acuerdo, el gobierno estadounidense tiene 60 días de plazo para presentar el proyecto al Congreso, que a su vez dispondrá de un máximo de 90 días para votarlo, con lo que su entrada en vigencia sería a comienzos del próximo año.
El diplomático restó importancia al hecho de que el TLC vaya a ser firmado por el representante comercial (con categoría de ministro) Robert Zoellick, y la canciller Alvear, y no por los presidentes en una ceremonia especial, como ocurrió hace poco con el acuerdo entre Washington y Singapur, que terminó de ser negociado casi al mismo tiempo que el de Chile.
Según comentarios de medios de prensa chilenos, esa actitud del presidente estadounidense, George W. Bush, reflejaría que el malestar en contra de Lagos por su posición en el caso de Irak aún no habría terminado.
"En un mundo perfecto, si no hubiera presión de tiempo y pudiéramos esperar las semanas o meses necesarios para coordinar los programas de ambos presidentes, quizás sería una solución perfecta. Pero la realidad es otra y la decisión de los dos gobiernos fue proceder a la firma tan pronto como sea posible", concluyó el embajador.
En tanto el acuerdo, que será suscripto en Miami, debe ser enviado por el presidente Bush en un plazo de 60 días a los congresistas. La Casa Blanca cuenta con la llamada "vía rápida", que le permite al presidente negociar acuerdos que sólo pueden ser aprobados o rechazados por el Congreso, sin ser modificados.
"Creo que va a entrar al Congreso de los Estados Unidos pronto y estamos optimistas de lo que allí va a ocurrir. También estoy optimista de lo que va a ocurrir en el Congreso de Chile", dijo el presidente Lagos. "Mi predicción es que el Congreso ratificará el TLC. La lógica sugiere concluir el trámite durante este año", coincidió el embajador Brownfield.
En Chile, el gobierno debe enviar el acuerdo al Congreso como proyecto de ley, que debe ser aprobado o rechazado por los diputados y senadores, donde el gobierno cuenta con leve mayoría. "Hay que ser optimistas en la vida y yo espero que el acuerdo se apruebe bien en los dos Congresos", dijo la canciller Alvear, quien ya ha logrado suscribir pactos comerciales con la Unión Europea y Corea del Sur. (DPA y Reuters)