Por sobre el desastre natural en el centro norte provincial, los históricos problemas de una provincia atacada por el agua volvieron a emerger con fuerza esta semana.
Melincué, donde toda la comunidad trabaja para elevar los terraplenes para hacer frente a la peligrosa suba del nivel de la laguna, se convirtió en el nuevo frente de inquietud en materia de riesgo hídrico. Pero no es el único. El presidente comunal de Hughes, Rodolfo Bellomo, alertó que en su distrito el 80% de los caminos rurales están cortados en varios tramos.
Raúl Manasera, portavoz del centro económico de Elortondo, pintó un cuadro similar para esa zona. Esta semana se desmoronó allí una casa antigua que había quedado sobre un pozo ciego pero otros 120 pozos cedieron ante el nuevo aumento en el nivel de las napas freáticas.
En el sur-sur provincial, las napas volvieron a alcanzar los niveles que dos años atrás produjeron el desmoronamiento de varios pozos ciegos. José Furno, un productor de Diego de Alvear, dijo que los caminos rurales están intransitables y los campos anegados y sin piso para la inminente cosecha de la soja de segunda.
"Tenemos 10 departamentos de la provincia con las napas a flor de suelo y 50 localidades con problemas", se quejó el gobernador Carlos Reutemann, quien insistió en responsabilizar del desastre únicamente a la naturaleza y aseguró que "si esta va a ser la realidad de acá en más, la magnitud de las obras a realizar será enorme".
La semana pasada, el gobierno provincial obtuvo en la Legislatura provincial la aprobación de la ley que da marco a la unidad ejecutora que coordinará la construcción de de Santa Fe, en una sesión durante la cual la oposición criticó la insuficiencia de mecanismos de control sobre ese fondo que, de todos modos aún falta llenar con recursos de la Nación y organismos internacionales.
La organizaciones de productores que en los últimos años han reclamado por la realización de obras públicas en zonas anegadas de la provincia, comenzaron a movilizarse para reclamar su participación en el diseño de una nueva política hidráulica para la provincia, debido al temor de que este diseño quede en manos de los mismos que hoy están bajo sospecha de no haber evitado el desastre.
Más allá de estas discusiones, el clima sigue jugando en contra de la provincia, aunque las condiciones climáticas en Santa Fe, entre Ríos y sur de Corrientes, comenzaron a mejorar sobre el fin de la semana.
Cuando persisten los problemas para continuar con la recolección de la gruesa, debido al mal tiempo, ya comienzan a conocerse las previsiones para la campaña triguera. Desde CCA, una de las consultoras más prestigiosas en temas climáticos, se señaló que la situación actual de los suelos en el norte de Buenos Aires, Santa Fe y entre Ríos se encuentran sobrecargados de humedad, tendiendo a excesos. La situación cambia en la zona central de Córdoba, donde la situación es óptima, mientras que en el sudoeste bonaerense y La Pampa la situación es deficitaria.
Los expertos en climatología indican, en base a informaciones internacionales, que el fenómeno Niño se extinguió en abril. Ahora, se especula con la alta probabilidad del desarrollo de una Niña. "Por el comportamiento de pasados eventos Niña, observaciones de territorio superficial y subsuperficial y modelos de pronóstico, hay un 55% de posibilidad de desarrollo de este fenómeno en junio", indicó un informe difundido por el Inta Pergamino.
La extinción de El Niño en el Pacífico no significa desactivar el alerta respecto de fuertes tormentas ocasionales ya que al mismo tiempo se observan ocasionales transportes de vapor desde el norte hacia la Pampa Húmeda, un importante efecto de los vientos del este en las costas de Brasil más alguna evaporación residual en la provincia de Buenos Aires. Esta situación puede potenciar tormentas en el Litoral.
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La Ciudad
