cartas

El verdadero pueblo argentino

Sí, que el mundo lo sepa. Que sepa que la imagen del "pícaro", del "canchero" y del que excreta sobre todas y cada una de las normas de convivencia no es la verdadera imagen del pueblo argentino, sino que ella no es más que una aberración que se espeja en la triste fama que nos legaron y nos legan un puñado de tristemente célebres viajeros (con los debidos fondos para poder hacerlo) en todos los lugares del mundo. Sí, que sepan que el verdadero pueblo argentino es el que ven en este preciso momento, unido y movilizado en masa para tratar de llevar un poco de alivio a los hermanos santafesinos, y para que puedan ver la luz al final del oscuro túnel que dejará esta histórica inundación. Que sepan que este pueblo va a resurgir de las cenizas que dejaron los años de destrucción del tejido social de las últimas décadas, tan plagadas de mentiras como "el ingreso al primer mundo" y tan cargadas de temores como el "no te metás". El camino para ello no es otro que el que marcan las señales de los valores de la solidaridad, el amor a lo verdadero (que no "vende" tanto en los medios pero que sí construye o reconstruye, cimentándose en la unidad, en el sentirse en el lugar del otro) y el renunciamiento al egoísmo en pos de una visión de conjunto o de nación. Sí, el destino no está predeterminado, sino que está en nuestras manos, en nuestra voluntad de llevarlo a cabo. La explosión del sentimiento de amor fraterno de los últimos acontecimientos hace posible la esperanza. Dios bendiga siempre al verdadero pueblo argentino.
Federico Sigrist