 |  | Denuncian la presunta complicidad de policías con el tráfico de drogas Una mujer cuyo esposo trabaja en Drogas Peligrosas aportó nombres y datos a la Justicia Federal
 | Santa Fe.- Norma Castaño, la mujer que inició una cruzada luego que su hijo se volviera adicto, amplió ante la Justicia federal sus denuncias sobre la presunta complicidad de personal de la Dirección de Drogas Peligrosas en la venta y distribución de estupefacientes en esta ciudad. Esta vez, ante el juez federal Francisco Miño, ratificó sus imputaciones y proporcionó los nombres de funcionarios de la dependencia presuntamente involucrados en el hecho. La mujer había hecho su propia investigación sobre los lugares donde al parecer se venderían drogas en Santa Fe y ante la Justicia federal aportó direcciones y diversos elementos para la investigación. El pasado fin de semana el hijo de Norma, de 20 años, fue detenido luego de un episodio un tanto confuso, que se inició -según la denunciante- cuando fue abordado por desconocidos y presuntamente amenazado de muerte. El joven se apoderó del arma reglamentaria de su padre, Marcelo Malinacci, un policía que durante 19 años revistó en Drogas Peligrosas y recientemente fue trasladado a otra dependencia. Ahora ha debido tomar licencias atrasadas "de manera forzosa". Norma confirmó que ella misma hizo la denuncia, temerosa de lo que pudiera hacer su hijo. Pero como éste regresó a la casa sin concretar el propósito de buscar a las personas que lo amenazaron, su madre intentó dar por superado el incidente. Sin embargo, el joven fue detenido y trasladado a alcaidía de Jefatura, donde -sostiene Norma- permaneció doce horas esposado. A la mujer se le abrió causa por daños calificados contra una oficina pública, por haber ingresado intempestivamente a la seccional 9ª, reclamando por la situación de su hijo. La denunciante, que sostiene estar sola en esta lucha, afirma que los funcionarios policiales cuyos nombres proporcionó "no han sido citados por la Justicia federal". Inicialmente no había proporcionado nombres, "porque con lo que conté me había parecido suficiente", pero decidió ampliar su denuncia luego del episodio vivido por su hijo. También le comentó a La Capital que estos funcionarios "quieren utilizar a la inundación para que se pare cualquier clase de investigación". La denunciante sostiene que su vida se ha vuelto "un infierno" desde que inició su cruzada, nacida para salvar a su hijo de la drogadicción, según sostiene. A ella le levantaron un programa en una emisora de FM (cuyo espacio contrataba) y a su hija no le renovaron contrato como repositora de productos en supermercados. Sus dos hijas debieron abandonar sus estudios por razones de seguridad y su vivienda tiene que ser custodiada. "Mi hijo me dice que de nada sirve cuanto he hecho, porque la droga se sigue vendiendo y tanto él como el resto de la familia hemos quedados marcados", se queja y solloza.
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