Washington. - Con la expulsión de EEUU de 14 diplomáticos cubanos acusados de espionaje, la posibilidad de avanzar en el camino de normalización de las relaciones bilaterales con Cuba ha quedado definitivamente descartada por el gobierno de George W. Bush. Muy atrás quedaron algunos tímidos pasos en ese rumbo, como la política de la era Clinton de permitir la exportación (sólo al contado) de alimentos y algunas medicinas, promover programas de intercambio entre académicos, científicos y deportistas, o de no aplicar las multas y sanciones previstas por la ley para quienes violan la prohibición de viajar a la isla.
Las ejecuciones tras juicio sumario de tres secuestradores de un barco cargado de pasajeros con el que intentaban escapar a EEUU, y las sentencias a prisión de decenas de disidentes pacíficos, tensionaron al máximo la relación con Washington el mes pasado.
El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, anunció el mes pasado: "Estamos revisando todas nuestras políticas y nuestro acercamiento hacia Cuba a la luz de lo que pienso es una situación de deterioro de los derechos humanos dentro de Cuba".
El anuncio de las nuevas políticas hacia la isla se espera para el 20 de este mes, aniversario de la Independencia cubana y fecha tradicional para los anuncios de Washington sobre su relación con Cuba. La administración Bush anunciaría mayores límites a las exportaciones a Cuba y una más rigurosa aplicación de la prohibición de viajar a la isla, devolviendo la relación a lo que era durante la Guerra Fría.
También se anunciarían más recursos para mejorar la recepción en Cuba de programas radiales emitidos en castellano desde EEUU, nuevos límites a la cantidad de remesas que los cubanos de Florida pueden enviar a sus familiares y nuevos programas de asistencia para la disidencia, según han informado fuentes del gobierno bajo anonimato.
Muchas de las organizaciones de pensamiento político de Washington consideran que el rumbo que debería tomarse es exactamente el contrario. "Creo que es un error. Creo que el mejor curso de acción para EEUU es el curso opuesto al de esta administración", dijo la presidenta del Centro para Políticas Nacionales de Washington (CNP en inglés), Maureen Steinbruner. La analista consideró que Washington debería levantar el embargo y la prohibición de viajar, pero además "empezar una serie de conversaciones con el gobierno de Cuba para trabajar hacia una situación en la que pudiéramos tener una relación normalizada".
Los partidarios del curso de acción elegido por Washington, sin embargo, son los cubanos anticastristas de Florida, que tienen un gran peso político en el gobierno y que consideran que su voto fue la diferencia que permitió el triunfo a George W. Bush. El cubano anticastrista de Miami Otto Reich es su asesor especial para asuntos interamericanos en el Consejo Nacional de Seguridad, y su nominado para subsecretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos es Roger Noriega, otro anticastrista también partidario de un endurecimiento de las políticas hacia Cuba.
Organizaciones de la comunidad cubana en Florida han expresado su apoyo a estas designaciones y al curso de acción adoptado por el gobierno. El cubano-estadounidense Mario Diaz-Balart, integrante de la Cámara de Representantes de EEUU, aplaudió "vigorosamente" la expulsión esta semana de 14 diplomáticos cubanos, a los que llamó "sirvientes del dictador tiránico" Fidel Castro, y consideró que la decisión es un "paso en la guerra global contra el terrorismo".
"Acto de venganza"
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, por su parte, respondió que con estas expulsiones, "el gobierno norteamericano demuestra, una vez más, que se ha lanzado abiertamente a un curso provocador e injerencista contra Cuba", y lo calificó como "irracional acto de venganza".
Pero el Departamento de Estado argumenta que las expulsiones nada tienen que ver con un cambio en la política hacia Cuba: "Esto no es resultado de una decisión política, sino de una investigación de contrainteligencia del FBI", dijo un alto funcionario de esa dependencia bajo condición de anonimato. (DPA)