Cómo enfrentar el día después de las inundaciones. Los profesionales del Inta Rafaela elaboraron una serie de recomendaciones básicas sobre sanidad, reproducción, nutrición y forrajes para los productores tamberos de las zonas anegadas. Además, difundieron consejos para la recolección y almacenaje de soja.
Sanidad: controlar la mastitis
La mastitis es el resultado de la interacción entre la vaca, el ambiente y los microorganismos. Y en épocas húmedas y lluviosas es cuando más hay que extremar las medidas de control para evitar el contagio con los patógenos ambientales provenientes del medio donde vive la vaca. Las bacterias se multiplican con facilidad en los depósitos de agua y barro (streptococcos ambientales y coliformes), por eso se recomienda:
* Higiene en la sala de ordeñe.
* Limpiar los pezones con la menor cantidad de agua posible.
* Sellar cuidadosamente los pezones (si es un producto a base de yodo, usar 5000 ppm.)
* Evitar llevar a las vacas a potreros con barro y agua después del ordeño.
* Realizar los tratamientos con antibióticos de vacas secas.
* Mantener las vacas secas y vaquillonas en un entorno lo más limpio posible, sobre todo durante las dos semanas anteriores a la parición.
Ante un aumento explosivo de células somáticas, consultar urgentemente al veterinario.
Reproducción
Se está entrando en una temporada clave para lograr la preñez. Bajo circunstancias de anegamiento, la condición corporal de las vacas y, en consecuencia, la reproducción son, además de la producción, las situaciones que más se resienten. Por eso, se recomienda:
* Prestar especial atención al mantenimiento de un buen estado corporal en el preparto y parto.
* Frente a una falta o reducción de suplementación, aprovechar los servicios de los primeros celos posparto.
* Si las vaquillonas de reposición están en buen estado, priorizar esos servicios.
* Si utiliza servicio natural, evitar el desgaste y las lesiones del toro, que son las alteraciones más frecuentes en estas circunstancias. Si es posible, implementar el servicio a corral.
Nutrición: combinaciones estratégicas
Las pasturas base alfalfa no sólo han comenzado a declinar aceleradamente su tasa de crecimiento sino que el estand de plantas en los potreros disminuyó en forma significativa.
Frente a esta situación, los patrones de alimentación de las vacas deben cambiar rápidamente para evitar que la subnutrición domine el panorama actual y se produzcan los indeseables "efectos residuales negativos" el resto del año.
Las estrategias coyunturales de alimentación deben orientarse hacia sistemas de alimentación de tipo "estabulados". La formulación de estas dietas debe realizarse teniendo en cuenta que la fuente de forraje voluminoso a utilizar es de fundamental importancia y que, sobre ella, se debe planificar la suplementación con concentrados.
Si el principal volumen lo representan los silajes (de maíz o de sorgos) o la combinación de éstos con verdeos (avena/trigo), es fundamental la corrección del déficit de proteína. Se pueden utilizar combinaciones de expellers de oleaginosas (girasol, soja, maní), con subproductos (sojilla, afrechillo de trigo, gluten meal; hez de malta, semilla de algodón), o incluso, poroto de soja.
Cuando la base forrajera principal son los henos de alfalfa, los silajes de pasturas, o los verdeos en pastoreo, la prioridad en la suplementación la tienen los alimentos energéticos. Por ejemplo, los granos clásicos de maíz, sorgo, trigo, cebada, que son fuentes excelentes de almidón.
Se debe considerar especialmente que la relación grano a leche es actualmente muy ventajosa y que incluso no debe desperdiciarse la oportunidad de suplementar con granos para recomponer las reservas corporales de las vacas.
Si la cantidad de concentrados a suministrar es importante (+ 45% de la materia seca total) y/o el tamaño de picado de los silajes es demasiado pequeño y/o los verdeos son muy tiernos y aguachentos, habrá que considerar el uso de ingredientes que aporten fibra efectiva, para evitar trastornos ruminales y la acidosis clínica o subclínica.
Hay que tener muy en cuenta que los rastrojos de soja y sorgos graníferos son de muy baja a nula calidad nutricional y bajo ninguna circunstancia debe abusarse de su utilización, ya que sólo provocarán "llenado ruminal", acompañado con una profunda subnutrición.
Con altas relaciones concentrados a forrajes o dietas muy ácidas y húmedas (fuertes en silajes, granos fermentados, suero de leche o permeado de suero), la adquisición de compuestos minerales de tipo "buffer" (antiácidos ruminales) no debería descartarse.
Por último, estas situaciones nutricionales atípicas deberían ser exclusivamente sugeridas y monitoreadas por los profesionales, para que los resultados sean los deseables y la rentabilidad y sostenibidad actual del tambo no se pierda.
A través del correo electrónico [email protected], los interesados podrán tomar contacto directo con la estación experimental de Rafaela, la más cercana a la zona afectada.