Washington. - Saddam Hussein y su familia sacaron unos 1.000 millones de dólares del Banco Central de Bagdad poco antes de que comenzara la invasión de Estados Unidos, según lo denunciaron ayer funcionarios del Departamento del Tesoro estadounidense en Irak. En Washington, por su parte, la administración del presidente George W. Bush nombró al experto en terrorismo Paul Bremer como nuevo enviado especial y encargado de la reconstrucción en Irak.
Este ex funcionario del Departamento de Estado trabajará junto con el administrador civil estadounidense para Irak, Jay Garner. Por el momento no está clara la naturaleza de la cooperación entre Garner y Bremer. Según medios de comunicación, Bremer tiene una jerarquía superior a la de Garner, representante del Pentágono, aunque el nuevo administrador jefe también reportará al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y no al secretario de Estado, Colin Powell.
En cualquier caso, en el Departamento de Estado se recibió el nombramiento de Bremer como un triunfo en la lucha de poder interdepartamental que mantenía con el Pentágono sobre la influencia en Irak. En sus 23 años al servicio del gobierno estadounidense, Bremer colaboró estrechamente con seis secretarios de Estado. Durante la presidencia de Ronald Reagan fue embajador especial para la lucha antiterrorista, y en 1999 fue presidente de la Comisión Nacional sobre Terrorismo.
Un retiro antes del combate
"Sabemos por funcionarios del Departamento del Tesoro en Bagdad que aproximadamente mil millones de dólares fueron sacados del banco central iraquí por Saddam y sus familiares antes de que comenzaran los combates", comentó ayer el portavoz Richard Boucher. El diario The New York Times informó ayer en su edición online del masivo retiro de dinero, indicando que un hijo de Hussein -Qusay- y un cercano asesor sacaron del banco 900 millones de dólares en billetes y 100 millones de euros, para lo cual utilizaron tres camiones con remolques.
Boucher expresó que Washington desconocía el destino del dinero, pero destacó que sus tropas habían encontrado sacos llenos de billetes de dólares en varias partes de Irak, incluyendo unos 600 millones en los palacios de Hussein y 100 millones de dólares y 90 millones de euros en un vehículo blindado. "Trabajamos en el rastreo del dinero que fue robado por el régimen de Saddam Hussein. Investigaremos activamente todas las pistas. Todos esos activos eran propiedad del pueblo iraquí y deberíamos regresarlo a ellos", dijo.
"Continuamos alentando a otros gobiernos a adoptar medidas apropiadas si parte de esos activos aparece en algún lugar, para investigarlo y congelarlo ya que son ingresos ilegales de Saddam y su familia", agregó. El Times citó a un funcionario iraquí como fuente de su noticia y expresó que el mismo Hussein había firmado la orden para retirar el dinero.
Qusay, el segundo hijo del derrocado presidente iraquí, y uno de los asistentes personales de Hussein, Abid al Hamid Mahmud, llevaban una carta del líder iraquí autorizando el retiro del dinero, según la página online del New York Times. "Cuando recibís una orden de Saddam, no la discutís", comentó al New York Times un funcionario iraquí no identificado, quien tenía un alto cargo en el banco. El funcionario se enteró del retiro del dinero por los empleados que entregaron los billetes a Qusay y al asistente, informó el periódico.
Funcionarios estadounidenses e iraquíes entrevistados por el New York Times dijeron que no sabían dónde había ido a parar el dinero, pero algunos estadounidenses dijeron que sospechaban que fue transportado a Siria, según el diario. El dinero fue robado supuestamente el 18 de marzo. El coronel Ted Seel, de las fuerzas especiales del ejército estadounidense, dijo que tuvo conocimiento del multimillonario retiro de dinero en el banco central iraquí.
Un Plan Marshall para Irak
Economistas alemanes plantearon ayer que el pueblo iraquí no debe ser sacrificado por los errores de la dictadura, por lo que el Instituto alemán de Economía propone un Plan Marshall de ayuda a la reconstrucción del país, y la condonación de la deuda iraquí por reparaciones a Kuwait y su abultada deuda externa. Irak necesita un Plan Marshall, según el Instituto alemán de Economía (DIW), que aludió así al vasto plan implementado por Estados Unidos para Europa y la Alemania de la posguerra, cuya economía y estructuras sociales y políticas se encontraban en ruinas.
Los estudiosos del DIW recomendaron que la reconstrucción debería organizarse siguiendo el modelo del Plan Marshall, para lo cual, sostienen, ese país cuenta con una ventaja: es la nación -después de Arabia Saudita- con las reservas más grandes de petróleo, pero su explotación es, sin embargo, limitada. (AFP, Reuters y DPA)