El secuestro extorsivo de la hija del poderoso empresario ítalo-argentino Franco Macri, reavivó en Argentina un debate sobre la violencia y el miedo que reinan en un país devastado por la crisis y en vías de elegir nuevo gobierno. Mauricio Macri, hijo del empresario y presidente del club Boca Juniors, dijo ayer que la ola de secuestros y violencia en Argentina "es cada vez más parecido a lo que históricamente se vive en Colombia o Brasil". "Lamentablemente este tipo de delito se ha hecho tan común que últimamente se hace con agilidad, con menor violencia y menos trauma para la víctima y la familia", advirtió Mauricio Macri, al comparar este episodio con el secuestro del que él mismo fue víctima durante 12 días en 1991. Macri, también candidato a la jefatura de gobierno de la capital argentina, dijo que en materia de seguridad, la situación "se fue de madre" en el país. Sostuvo además que el aumento de la violencia en Argentina es una prueba "de nuestro fracaso como sociedad, en la que cada vez hay más gente excluida, que recurre a cualquier tipo de delito" y consideró que "el desafío es tratar de normalizar el país, no de irse". El secuestro de la joven Macri renovó el temor ante la ola de secuestros que se inició a mediados de 2001 y afectó también a figuras del deporte y del espectáculo. Franco Macri, 72 años, dueño de uno de los grupos económicos más poderosos que creció en base a contratos con el Estado, trasladó en los últimos dos años la mayoría de sus inversiones a Brasil, donde incursionó en la industria frigorífica, alimentaria y de la construcción. El Senado se dispone a tratar hoy un proyecto para el endurecimiento de las condenas de secuestradores, presentada el año pasado por el gobierno, pero que no llegó a ser sancionada, dijeron fuentes parlamentarias. El problema de la inseguridad y el miedo a ser víctima de un delito son temas de la campaña electoral para el ballottage del 18 de mayo. Carlos Menem prometió "saturar las calles" con la presencia de las Fuerzas Armadas para combatir a delincuentes y a piqueteros que cortan calles. Su rival en el ballottage, Néstor Kirchner, advirtió en cambio, que para combatir el delito instalará un modelo económico de inclusión, frente al modelo neoliberal de la década del 90. Los secuestros están concentrados en la Capital Federal, con unos 18 casos en 2002, de los cuales seis fueron autosecuestros, y en la periferia bonaerense, donde se produjeron 200 casos en ese año. (AFP)
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