A medida que sigue sumando apoyos desde distintos sectores políticos, Néstor Kirchner comenzó a tomar decisiones como si su camino a la Rosada estuviese ya despejado: ayer instruyó a sus diputados para que sigan adelante con la recepción de denuncias contra los integrantes de la Corte Suprema de Justicia, en la comisión de Juicio Político de la Cámara baja. "No detengan ningún mecanismo constitucional en marcha", fue la respuesta dada por Kirchner a sus diputados de confianza cuando anoche lo consultaron sobre el debate abierto en torno a la suerte de la Corte en caso de triunfar en el ballottage. El tema de la Corte lo instaló su rival Carlos Menem, quien lo acusó de "pactar" con Elisa Carrió para "barrer" al máximo tribunal y decretar la inconstitucionalidad de las leyes de obediencia debida y punto final, que benefician a militares vinculados con la represión de la última dictadura. En principio Kirchner prometió que si llega a la Presidencia promoverá la independencia del Poder Judicial, pero "con respeto absoluto a la pirámide y el ordenamiento jurídico argentino", pero anoche pareció darle la razón a su rival. Sucede que desde la llegada del santacruceño Sergio Acevedo a la jefatura de la comisión de Juicio Político, la Cámara destrabó las denuncias contra la Corte que habían sucesivamente frenado el menemismo, primero, y la gestión de Fernando de la Rúa, después. Una alianza en la comisión entre los justicialistas disidentes, en su mayoría ligados a Kirchner, con diputados del ARI y radicales permitió el año pasado llevar la acusación al recinto, donde fue rechazada por la mayoría del PJ. En el marco del duro cruce de campaña con vistas al ballottage, Kirchner rechazó haber tenido un pasado montonero -como le endilgó Menem-, aunque reconoció haber pertenecido en su juventud a la llamada Tendencia Revolucionaria (ala izquierdista del peronismo de los 70) pero no se mostró arrepentido ya que aseguró sentirse "orgulloso" de su pasado. Kirchner contraatacó al recordar que Menem "indultó a los jefes montoneros, junto a los ex comandantes, contra la voluntad de la mayoría de los argentinos, entre los que me incluyo". Luego consideró que la catarata de acusaciones que le está lanzando Menem evidencia "una actitud casi de tiniebla total". Antes de dar indicios de que no interferirá si se promueve el enjuiciamiento a miembros de la Corte (el presidente del tribunal, el riojano Julio Nazareno, es el más cuestionado), Kirchner había dicho que si accede a la Presidencia no se apartará de "lo que significa el respeto absoluto a la pirámide y el ordenamiento jurídico argentino". El santacruceño consideró como "chicanas de segundo nivel" los reproches del riojano de que sólo puede ganar el 18 de mayo gracias a los votos que le aporte el presidente Eduardo Duhalde. En directa alusión al spot televisivo de Menem donde dice que Kirchner será "el (Fernando) De la Rúa de Duhalde", lamentó que "por un momento desafortunado en la historia argentina, que pasó lamentablemente cuando mucha gente tenía esperanza de cambio con el gobierno de la Alianza, se lo esté utilizando así, electoralmente". También responsabilizó al menemismo de haber "jugado a un desgaste institucional" y de tener una actitud de "fundamentalista" y "mesiánica", porque -dijo- su pensamiento es: «O somos nosotros, o no gana nadie; si ganamos nosotros, el país es propiedad nuestra»". Paralelamente, Kirchner sigue cosechando apoyos a su candidatura. Ayer se pronunciaron a su favor intendentes radicales, dirigentes peronistas y vecinalistas de la provincia de Córdoba que en la primera vuelta habían votado por Ricardo López Murphy y Adolfo Rodríguez Saá, respectivamente. En el mismo sentido se expresaron el MID, cuyo presidente Carlos Zaffore, consideró que "un voto positivo por la fórmula Kirchner-Scioli es saludable porque puede contribuir a que el país dé vuelta la página negra del menemismo"; la democracia cristiana, que lo hizo público a través de su titular, Eduardo Cuneo, y los comités radical de Corrientes y Catamarca.
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