Sergio Falleto / La Capital
Central juega el Clausura con el claro objetivo de sumar la cantidad de puntos necesarios para engrosar su promedio y dejar atrás las zonas de alto riesgo. Y por ahora se encamina a paso firme para alcanzar la meta establecida. Pero esa no es la única preocupación en el club de Arroyito. Porque además de las cuestiones políticas que siempre gravitan cuando un acto eleccionario se aproxima, los canallas también tienen otro inconveniente por resolver: Russo debe definir el plantel que tendrá a su cargo la disputa del futuro torneo Apertura. Y aunque parezca prematuro, no lo es, ya que el intervalo entre un campeonato y otro sólo será de apenas tres semanas, durante el cual los diferentes equipos tendrán que desarrollar la pretemporada. Una vez más los tiempos políticos no son paralelos a los deportivos, más allá de que seguramente la elección del nuevo gobierno (entre julio y agosto) estará estrechamente vinculada a lo que sucede en el campo de juego, porque el oficialismo contará con un handicap casi decisivo si el equipo elude el descenso y la promoción. Pero no obstante, las determinaciones deportivas para delinear el plantel del Apertura se tendrán que adoptar antes, y aquí el técnico Miguel Angel Russo primero y los directivos después jugarán un rol preponderante. Aunque parezca inaudito, Russo tiene la compleja tarea de resolver la situación de 64 jugadores. ¿Cuántos? Sí, 64, una cifra fuera de toda lógica que responde a la falta de depuración y a la interrupción sistemática de los diferentes procesos de crecimiento de los futbolistas. Cuando Ovacion obtuvo las nóminas de los jugadores auriazules, se lo consultó al entrenador de Central para conocer su opinión al respecto y también saber si ya había adoptado algunas decisiones en este sentido, pero Russo sólo se limitó a responder: "Conozco la cifra, es imposible que un técnico trabaje con semejante cantidad y sin dudas hay que reducirla, pero varias de esas decisiones de depuración, que por el elevado número tienen un margen de error, están íntimamente vinculadas a lo que suceda con algunos jugadores que están hoy en primera a quienes se les vencen los préstamos". Aunque no los nombra, esos jugadores tienen nombre y apellido: Julio Gaona, Daniel Díaz, Horacio Carbonari, Mariano Messera, Gustavo Barros Schelotto, Pablo Sánchez y Martín Mandra. Cabe destacar también que, conscientes del poco tiempo con el que cuentan para definir estas cuestiones, los directivos ya entablaron conversaciones con algunos de estos futbolistas para visualizar la probabilidad de renovar los vínculos, conversaciones que dependen en la mayoría de los casos del aspecto económico, porque los mencionados ya manifestaron el deseo de continuar. En este marco de negociaciones, está claro que gravitan y mucho los diferentes inversores que acercó la mesa ejecutiva canalla, inversores que estarían dispuestos a continuar acompañando si tienen una garantía de la continuidad de la política económica imperante en la institución. Tampoco es un dato menor que Luciano Figueroa tiene muchas posibilidades de ser transferido, y habrá que aguardar también si no llega una propuesta por el pase de César Delgado, aunque en este caso varios directivos coincidieron en señalar que el ofrecimiento debería ser "muy importante" para que Central se desprenda del hábil delantero. En este marco de tiempos dispares y cortos para las resoluciones políticas y deportivas, lo que asoma con nitidez es que Central debería tener definido el próximo plantel a mediados de junio, una vez que concluya el Clausura y previo a la pretemporada. Claro que la política de incorporaciones será establecida una vez que se conozcan los resultados de las negociaciones con los jugadores a quienes el técnico desea conservar, entre los que figuran Gaona, Carbonari, Barros Schelotto, Messera, Sánchez y Mandra. Distintos son los casos del Cata Díaz y Lucho Figueroa, ya que el zaguero podría recalar en Boca y el delantero en un club europeo. También habrá que aguardar si no llega un ofrecimiento por Daniel Quinteros, jugador que meses atrás interesó a un club mexicano, y es sabido que Russo no lo privará al Negro de la posibilidad de emigrar al exterior, más allá de que en caso de que esto suceda necesitará cubrir ese lugar con la contratación de un refuerzo. Los juveniles que serán muy tenidos en cuenta en el futuro inmediato son Germán Herrera, Ramiro Fassi, Andrés Díaz, Renzo Ruggiero, Matías Irace (recientemente se le hizo el primer contrato), Gonzalo De Porras y Gustavo Lorenzetti, este último un hábil volante en quien Russo tiene depositadas grandes expectativas. Lo que aparece más claro es la identidad de algunos jugadores que tienen muy pocas chances de estar en el próximo plantel, como Diego Erroz, Mariano González, Sebastián Flores Coronel, Salvador Brunetti, Javier Becerra, Javier Cappelletti, Leandro Diema, Hernán Ferri, Mauro Marchano, Fabián Pérez, Maximiliano Raschetti Sánchez y Pablo Vacaría. Las situaciones de Juan Pablo Cárdenas, Mariano Echagüe y Marcelo Márquez se presentan como resueltas, ya que los tres están lesionados y por ende el club está obligado a conservarlos, independientemente de la opinión del cuerpo técnico, aunque es obvio que el Chango está en los planes del entrenador porque era titular indiscutible hasta que padeció la grave lesión, de la cual ya se está recuperando. Lo que no puede establecerse por ahora es qué determinación tomará Miguel Russo con los arqueros Hernán Castellano y Claudio Manchado, y con los volantes Marcelo Quinteros y Cristián Pino. Central a la brevedad deberá repartirse entre lo urgente y lo importante, porque si bien lo urgente es pelear cada punto del torneo Clausura para garantizar una continuidad más tranquila, no debe descuidar lo importante, que reside en la extrema necesidad de definir el plantel del próximo Apertura, para lo que debe resolver la continuidad de varios, la prescindencia de muchos y la incorporación de algunos. Tarea ardua desde todos los flancos, porque dependerá de los resultados deportivos, de los que a su vez dependerán los tiempos políticos, y a estos tiempos estarán sujetas las condiciones económicas. Un jeroglífico difícil de resolver.
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