La Justicia investigará la muerte de seis pacientes que contrajeron hepatitis B en la unidad de diálisis del Hospital Centenario. El juez correccional Juan José Alarcón abrió ayer una causa penal para establecer si el contagio se debió a negligencia por parte de los responsables del servicio. Al mismo tiempo, uno de los pacientes del centro asistencial presentará una denuncia administrativa para solicitar su derivación a un efector privado. Y si ésta no prospera intentará obtener un amparo en Tribunales.
Para justificar su pedido, el enfermo prepara un escrito donde se cuentan una serie de irregularidades que vivió durante su tratamiento en la unidad de diálisis como "la reutilización de los filtros más de 10 veces", la "falta de medidas de asepsia y controles periódicos de salud", o "la escueta atención prestada por los técnicos y médicos del servicio, muchas veces a causa de que un solo profesional debía asistir a los 18 pacientes que estaban en diálisis", anticipó a La Capital el paciente, que pidió no ser identificado.
"Con decirte que nos enteramos de la epidemia de hepatitis B recién la semana pasada por los medios de comunicación, porque nadie en el hospital nos dijo nada. Ni cuando se empezó a morir gente, ni cuando nos hicieron los análisis para saber si nosotros también estábamos infectados, ni cuando nos vacunaron", ilustró.
El brote de una variedad mutante del virus causante de la hepatitis B en el servicio de diálisis del Centenario se registró el 16 de febrero y se expandió rápidamente entre 16 enfermos renales que estaban en tratamiento, de los cuales ya fallecieron seis.
El resto de los pacientes infectados de hepatitis continúa bajo vigilancia y "evoluciona bien", según confirmó ayer la directora del Centenario, Claudia Perouch. En tanto, se dispuso que el servicio no reciba nuevos pacientes, por lo cual ya se comenzaron a derivar enfermos a efectores privados (ver aparte).
Las autoridades del centro asistencial todavía no pueden asegurar cómo se produjo el contagio de los pacientes. Pero apuntan a "una falla humana", después de descartar la posibilidad de que la enfermedad se haya distribuido a través de los equipos que realizan un proceso de autoesterilización, o de otros materiales que son descartables.
A la Justicia
El juez Alarcón deberá investigar ahora si la epidemia de hepatitis B se generó por negligencia de los responsables del servicio de diálisis del Centenario. Para esto, el magistrado pidió al nosocomio todos los antecedentes del caso, especialmente las copias de los sumarios administrativos que, supone, abrieron las autoridades del hospital para esclarecer el episodio.
No obstante, según pudo conocer La Capital, hasta ahora no hay investigaciones administrativas en curso, sino "un sumario de seguimiento epidemiológico" para intentar esclarecer el caso.
La apertura de la causa judicial responde a un pedido de la fiscal Elida Rivoira, quien el lunes sugirió la realización de una investigación sobre la hipótesis preliminar de una probable mala praxis por parte de los responsables del servicio.
En principio se trata de eso, una pesquisa preliminar en la que no hay imputados y que, al menos por ahora, sólo intenta aproximarse a una respuesta sobre cómo y por qué ocurrió el contagio masivo del virus en un ámbito donde se trata a pacientes de alto riesgo.
Recién después, y sólo en caso de que surjan indicios más concretos, la fiscal estudiaría si corresponde o no formular alguna acusación puntual hacia alguno de los profesionales del servicio.
Como primer paso, el juez Alarcón envió oficios a las autoridades del Centenario y a las de la unidad de diálisis para pedir todos los antecedentes de lo sucedido en el centro de salud.
Más específicamente, el magistrado quiere saber cuándo se produjo cada muerte, y por qué. Además, solicitó que en caso de haber sumarios internos le manden copias para conocer los resultados de las averiguaciones practicadas por los propios funcionarios del nosocomio.
El objetivo de estas primeras averiguaciones sería saber si los responsables del servicio de diálisis cumplieron con todos los requisitos sanitarios para atender a estos pacientes. Si así no fuera, la hipótesis es que podría tratarse de un caso de incumplimiento de sus deberes o incluso de una mala praxis.
La Ciudad
