Año CXXXVI
 Nº 49.831
Rosario,
domingo  04 de
mayo de 2003
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Entrevista al embajador de la Unión Europea
Angelos Pagkratis: "Pretendemos reducir todos los subsidios"
Según el diplomático, la oferta de la UE para el intercambio agrícola es generosa. Críticas a EEUU

Gabriel González / La Capital

El nuevo embajador de la Unión Europea (UE) en la Argentina, el Angelos Pagkratis, tomó contacto hace pocos días con autoridades públicas y empresarios santafesinos. Con más de dos metros de altura, el funcionario de origen griego aclara que no jugó básquet pero sí vóley, y se defiende bien con el castellano a pesar de haber asumido su cargo hace poco más de dos meses. En diálogo con La Capital, defendió mejor aún las posiciones europeas en las discusiones con el Mercosur, que tienen a los subsidios agrícolas como punto de fricción. Sostiene que la última oferta europea es generosa, porque incluye el 91% del comercio y la posibilidad de incluir cuotas para productos "sensibles". También pide que antes de criticar el proteccionismo europeo se analicen los volúmenes de importación europea y cuestiona a los otros grandes productores agrícolas, como los EEUU, que los aumentan.
Pagkratis dice que la recuperación de las inversiones de Europa hacia la Argentina llevará tiempo "porque la confianza no es algo que se pierde hoy y se pueda recuperar mañana", pero saludó los indicadores que muestran el crecimiento de sectores industriales nacionales porque les "dan una señal a los operadores nacionales y extranjeros".
-¿Qué visión tiene Europa, en particular la gente de negocios, sobre Argentina?
-El país está en una situación especial porque atravesó una crisis excepcional, profunda, importante. Pensamos que la Unión Europea puede jugar un rol importante en esa reconstrucción, por la importancia en lo que hace al comercio y la inversión y también para que el país se recupere de los efectos negativos de la crisis favoreciendo la inclusión social de los sectores afectados. Pero será necesario un período de crecimiento económico sostenible y un esfuerzo importante de desarrollo económico y social para cambiar el escenario.
-¿Cuánto se afectó la confianza? ¿sobre que bases podrá volver y junto con ella la inversión?
-En algunos temas se pueden tener resultados rápidos pero otros necesitan más tiempo. Se puede llegar rápido a un crecimiento sostenido, pese a dificultades objetivas como el default de la deuda y la falta de crédito, porque el país tiene capacidad para hacerlo. Este es un dato positivo para los operadores locales e internacionales y abre la puerta a inversiones que aseguren el crecimiento porque muestran que hay inversión, aunque sea con una visión de alta rentabilidad inmediata. De todos modos, lo que tenga que ver con crédito exterior y la seguridad jurídica necesitará más tiempo. La confianza no es algo que se pierde un día y vuelve al día siguiente y no habrá crédito extranjero en lo inmediato.
-¿Cómo afectarán las divergencias europeas en torno a la guerra de Irak y la entrada de nuevos socios a la UE la integración con el Mercosur?
-La difícil situación internacional que atravesó el mundo por la guerra de Irak y su impacto sobre Europa no tendrá impacto significativo ni en el corto ni en el largo plazo. El Mercosur es una prioridad en las relaciones comerciales de la Unión Europea, es el acuerdo regional que anhelamos se convierta en el más ambicioso de todos los que están tendidos, porque esta región posee un potencial de crecimiento e integración regional muy importante.
-¿Europa está dispuesta a aflojar las trabas a productos agropecuarios?
-Para el Mercosur el punto más importante son los subsidios europeos a los productores agrícolas, pero el acuerdo es mucho más que eso. Es un acuerdo global, de comercio, cooperación e integración política, no hay que olvidarlo. La oferta que nosotros presentamos cubre el 91 por ciento de las exportaciones del Mercosur a Europa, como punta para empezar la negociación, y sobre el 9 por ciento restante hay voluntad de efectuar una liberación adicional mediante cuotas para los productos agrícolas sensibles. Esta negociación nos llevaría a una liberalización aún mayor que la del 91%, mientras que la propuesta por el Mercosur llega al 83,5 por ciento.
-¿Hay una fecha como objetivo para arribar a un acuerdo?
-Va a ser en un corto plazo, pero es una negociación muy compleja porque cada tema tiene un impacto particular sobre cada país. El Mercosur por otra parte necesita perfeccionar mejor su propia integración, porque hay dificultades sobre algunos temas, ese es un desafío para ustedes. También hay capítulos como el de los servicios que necesitan tiempo para ser discutidos. El objetivo es llegar a fin del año próximo y los próximos doce meses serán cruciales.
-¿Cómo influyen las discusiones de la ronda de Doha en la negociación bilateral?
-Doha tiene que dar un marco para el acuerdo multilateral y a partir de lo que se discuta allí se desprenderán pautas para la negociación intrabloque. En rigor, la negociación en curso es doble y apunta a un acuerdo Doha + Mercosur. Tenemos dificultades en Doha, pero la Unión Europea presentó allí propuestas muy importantes para la Argentina.
-¿Estos avances son concesiones o significan un cambio de mentalidad?
-Hay una evolución fundamental que se puede ver en la reformulación de las políticas agrícolas de los últimos diez años. Ahora que la UE sumó nuevo países, vamos a tener siete millones más de agricultores pero el presupuesto para subsidios está congelado, ni siquiera sigue la inflación. Es una orientación muy clara, y el acuerdo no es tema de discusión.
Además, ahora los subsidios no potencian la producción sino que cubren las contingencias de los productores. La UE presentó en Doha una orientación muy clara a favor de reducción del apoyo público a la agricultura, pero queremos que haya reducción para todos los subsidios. Europa respalda la reducción mientras que otros grandes productores agrícolas los aumentan. Los países agrícolas no pueden pedir una agricultura totalmente libre. Nosotros estamos en una posición intermedia, pero pedimos una disminución de los subsidios que sea valuable para todos y reglas especiales para los países más pobres.
Europa está importando productos agrícolas de países en desarrollo más que EEUU Canadá, Japón y Australia juntos. En términos de volúmenes de importación es un mercado muy abierto. Si lo ve desde Argentina, la UE es el único mercado que aumentó sus compras el año pasado, un 11% en general y un 25% en productos agrícolas. Son datos para no olvidar, porque tuvieron un impacto sobre la economía argentina.
-Parece que hubiera una carrera entre EEUU y Europa por la hegemonía en Sudamérica, ¿son contradictorios Alca y la integración UE-Mercosur?
-No hay contradicción con respecto al libre comercio. Para nosotros, EEUU y Argentina es un objetivo global y cada país y región tiene razón al intentar liberar el comercio con sus socios mediante acuerdos multilaterales. Si existen diferencias entre los dos procedimientos de negociación, porque la UE privilegia al Mercosur y la negociación incluye una dimensión más amplia, como reglas de inversión, integración de servicios, cooperación técnica y política que el Alca no tiene. Nosotros apostamos a la integración regional porque nos jugamos al desarrollo y el crecimiento estable a largo plazo, no es sólo comercio.
-Acá hay discusiones que plantean Mercosur y Alca como opuestos.
-La integración en un acuerdo de libre comercio no es contradictorio con una integración regional más Alca. Son dos temas importantes sobre los cuales el país necesita decidir lo que quiera. Creo que la integración a nivel regional tiene un valor propio, porque brinda ventajas adicionales. Nuestra experiencia muestra que la integración regional favorece el crecimiento y la previsibilidad económica, ayuda a crear un marco institucional más estable, con leyes y políticas económicas y así contribuye a la seguridad jurídica, que es una condición para el comercio y la inversión.
-Algunos políticos y economistas locales las ven como opciones excluyentes.
-Es un razonamiento un poco simple. La integración comercial es una cosa, pero la integración regional es más amplia. A Europa le permitió tener una voz única en el mundo y convertirnos en un gran poder. La capacidad de actuar juntos aumenta más que proporcionalmente las posibilidades de participar y tener influencia en el mundo.



"Recuperar la confianza europea llevará su tiempo". (Foto: Celina Mutti Lovera)
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