El jefe del operativo que logró la rendición de los ladrones, comisario inspector Miguel Polenta, indicó que los malhechores exigían "seguridad jurídica" y manifestaban temor a las condiciones en las que serían detenidos y trasladados. Los maleantes pedían la presencia del juez y el fiscal -un procedimiento que está expresamente prohibido por la Corte Suprema- como garantía para entregarse. La alternativa que plantearon los oficiales a los hampones fue que se esposaran uno con otro y que abandonaran las armas. Así salieron ante el registro de la prensa que se había acercado al lugar.
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