Una familia con seis hijos menores fue tomada como rehén por tres reconocidos delincuentes que entraron a robar a su casa, en Balcarce y 9 de Julio. La policía negoció la rendición de los ladrones durante casi una hora, hablando con ellos dentro de la casa, mientras el matrimonio permanecía amenazado, con sus cuerpos como escudo. Los maleantes se entregaron esposados a tres jefes policiales, que de ese modo garantizaron su seguro traslado. Los tres asaltantes contaban con experiencia en robos y buscaban unos 800 mil pesos a partir de un dato que resultó falso. El golpe se frustró porque el ingreso a la casa fue advertido por un policía de civil, que estaba de custodio en la zona.
Nueve personas viven en la planta baja de Balcarce 1377, donde minutos después de las 9.30 llamó a la puerta un hombre que simuló ser empleado de un correo privado. El falso trabajador tenía ropa de la firma Seprit y con una caja en la mano logró que la madre de la dueña de casa, de unos 55 años, le franqueara el ingreso. Detrás de él entraron violentamente dos cómplices.
Miguel Lacapra y su esposa, ambos de unos 35 años, los seis hijos de la pareja y la madre de la mujer quedaron encerrados en la casa junto a los tres delincuentes que los amenazaban con armas de grueso calibre.
"Los ladrones exigían una suma de 800 mil pesos, pero al ver la casa se deben haber dado cuenta que el dato que manejaban no era bueno", indicó uno de los jefes policiales que participó del operativo. Lacapra intentó explicar que sostiene a su familia con su trabajo de empleado, ayudado con la pensión de su suegra, señalaron los investigadores. El ingreso familiar se relaciona fielmente con la casa, exenta de lujos.
El aspecto de los ladrones y los movimientos frente a la vivienda llamaron la atención de un policía vestido de civil, que se encontraba en la zona y alertó a la jefatura local. Varios móviles del Comando Radioeléctrico y comisarías de la zona rodearon la vivienda y acudieron a los vecinos para llegar hasta la casa por los techos y la parte trasera.
La negociación
Los maleantes hicieron salir a la puerta a la misma mujer que los había atendido a ellos, con la orden de negar cualquier problema dentro de la casa. Pero la presencia policial y el sonido de las sirenas hicieron imposible el engaño.
El jefe del Comando Radioeléctrico, Jorge Martínez, inició la conversación con los asaltantes, con el frente de la casa acordonada por policías. Apenas después llegó el inspector de la zona, Miguel Polenta, que tomó a su cargo el desarrollo del operativo, y el titular de la comisaría 2ª, Osvaldo Toledo, quienes junto a Martínez entraron desarmados a la casa para negociar la entrega de los asaltantes. A cambio, ellos aceptaron liberar a los seis hijos del matrimonio, de entre 16 años y una bebé de meses, y a su abuela.
Los tres jefes policiales permanecieron unos 40 minutos en el living de la casa, mientras los asaltantes retenían al matrimonio en el dormitorio, apuntado con sus armas. El vocero de los ladrones fue el mayor de ellos, de 65 años, quien fue reconocido de inmediato como protagonista de otros robos.
Los policías hicieron notar a los intrusos de que, con la manzana rodeada y con la prensa en el lugar, ellos no tenían forma de irse ni tampoco de que sufrieran represalias. Dos de los ladrones salieron entonces entre un cordón de policías. Iban con la cabeza cubierta y con las esposas puestas para demostrar que no intentarían ninguna maniobra. El tercero salió luego. Cada uno de los jefes policiales, unidos a los asaltantes, abordaron móviles hacia la seccional 2ª.
Tras la salida de los delincuentes, otros uniformados entraron a la vivienda para secuestrar las armas y asistir a la pareja, inmersa en una crisis de angustia a partir de las presiones y amenazas.
Ningún miembro de la familia fue maltratado, más allá de padecer la violencia de la amenaza constante y el temor de lo que podría ocurrir en la situación en la que se encontraban.
Los policías secuestraron dos revólveres calibre 32 y 38 y una pistola calibre 11.25 en el dormitorio de la pareja. El mayor de los asaltantes fue identificado como Ricardo Carlos Altamirano, de 65 años. Y sus acompañantes, Ramón Elpidio Coria, de 43 y Juan Ramón García, de 30.
Los tres ladrones tienen una vasta experiencia en robos, señalaron los investigadores policiales. Altamirano había cumplido una condena de 7 años por un robo anterior y cuenta al menos con otros 6 asaltos en su expediente. Tiene incluso un pedido de captura de la seccional 2ª por el robo a una carnicería de Balcarce al 800. Según un vocero de esa seccional, Altamirano participó en el robo de una oficina pública recaudadora de San Martín y Santa Fe, donde un custodio fue despojado de su arma, en el año 2000.
Coria tenía una orden de captura en su contra, a raíz de una evasión de una penitenciaría de la provincia de San Luis. Los tres detenidos serán indagados hoy por el juez Adolfo Prunotto Laborde.