Carlos Colombo / La Capital
Las elecciones marcaron una paridad entre Carlos Menem y Néstor Kirchner, pero la pregunta es de dónde vinieron los votos del patagónico, quien quedó tercero en la Capital Federal, cuarto en Santa Fe y Mendoza y quinto en Córdoba. Evidentemente su ingreso al ballottage tiene directamente que ver con la diferencia que logró en el Gran Buenos Aires. Allí el voto profundo del primero y segundo cordón bonaerense provino de la poderosa estructura del presidente Eduardo Duhalde, aceitada a la perfección por los denominados barones del conurbano, que lograron colocar al delfín en la segunda vuelta. Basta para ello recorrer los números. En el Gran Buenos Aires, Kirchner le sacó 6 puntos de diferencia a Menem, unos 369.000 sufragios. Si bien en el resto de la provincia de Buenos Aires el candidato del Frente por la Lealtad recuperó más de 10 mil votos, la diferencia a favor del candidato del gobierno (358.281) resultó fundamental. Dejando de lado a los candidatos, puede decirse que hubo ganadores y perdedores. Entre los primeros estuvieron Duhalde, los barones y las manzaneras; y, entre los segundos, los dos Albertos: Kohan y Pierri, responsables menemistas del armado de la provincia de Buenos Aires, pero que privilegiaron sus luchas internas y desatendieron su tarea. Los números son claros. En La Matanza -tierra de Pierri- Kirchner sacó 65.500 votos más que Menem; 39.000 en Lomas de Zamora; 28.000 en Almirante Brown y Quilmes; 27.000 en Lanús; 20.500 en Tres de Febrero; 20.000 en Morón, por nombrar sólo a algunos de los partidos del conurbano. A medida que se analizan los resultados de los partidos del hinterland provincial aparecen triunfos de Menem, Adolfo Rodríguez Saá y Ricardo López Murphy, pero lógicamente la cantidad de votantes de esos distritos es insignificante al lado del primero y segundo cordón electoral. Antes de las elecciones la duda era hasta dónde Duhalde seguía manejando con mano férrea a los dirigentes bonaerenses. Quedó claro que la estructura está intacta, y eso posibilitó el triunfo. Ahora habrá que ver qué le reclaman a cambio, ya no a su jefe, sino a Kirchner si accede a la Presidencia. El histórico Manuel Quindimil, en Lanús; Hugo Curto, en Tres de Febrero; Alberto Balestrini, en La Matanza; Juan José Mussi, en Berazategui; Julio Pereyra y Graciela Giannettasio, en Florencio Varela; Baldomero Cacho Alvarez, en Avellaneda; Mariano West, en Moreno; Juan José Alvarez, en Hurlingham; Alberto Dezcalzo, en Ituzaingó; Hebe Marucco y Jorge Villaverde, en Almirante Brown; Néstor Juzwa, en Berisso; Eduardo Camaño y Alberto Fernández, en Quilmes; Graciela Camaño, en San Martín (su esposo Luis Barrionuevo jugó con Menem), son algunos de los nombres de los barones que traccionaron los votos a Kirchner. También hay otros perdedores, el otrora duhaldista Raúl Othacehé (Merlo) pegó el portazo y jugó con Rodríguez Saá, pero las bases fueron fieles al presidente y votaron por Kirchner. Lo mismo pasó con Aldo Rico en San Miguel, donde también ganó el patagónico.
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