Ramalá. - Mahmoud Abbas (Abu Mazen), el nuevo primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), pasó su primera prueba de fuego. Sin embargo, necesitó la ayuda de Estados Unidos, Europa y muchos países árabes para derrotar al presidente Yasser Arafat en una lucha de poder por momentos muy dura. Arafat hizo uso de todos los medios a su alcance para evadir la inevitable pérdida de poder que encarna la presencia de su segundo al mando. La intervención de Washington y la clara toma de partido del presidente egipcio, Hosni Mubarak, a favor de Abu Mazen -menos "gastado" políticamente- no le dejaron opción a Arafat. Al final aceptó la lista de ministros propuesta, que ahora tiene que aprobar el Parlamento, algo que al parecer es una mera formalidad. La Casa Blanca saludó por ello de inmediato la noticia, que calificó de "paso positivo". Según Estados Unidos anunció, con la presencia del nuevo gabinete, que dará a conocer el plan de paz que se espera acabe con el conflicto de Medio Oriente en pocos años y del que surgirá un Estado palestino independiente. La condición para la "hoja de ruta" era la creación de un gobierno que fuera aceptable para Washington, pero también para los europeos y sobre todo para Israel. Y Abu Mazen ya recibió un voto de confianza del gobierno de derecha israelí, que ahora tiene que hacer efectivo. En los hechos, Abu Mazen, de 68 años, venció en la lucha por la designación del gabinete. Incluso impuso al ex jefe de seguridad de la Franja de Gaza, Mohammed Dahlan, de 42 años, que hace un año se atrevió a cuestionar al "monumento" Arafat. El poderoso nuevo responsable de seguridad reformará todo el sistema de seguridad que Arafat fragmentó de forma intencionada e intentará impedir atentados de los grupos extremistas Hamas y Jihad contra Israel. Sólo entonces es posible pensar en una exitosa implementación de la "hoja de ruta", que otorga a los palestinos un Estado independiente en tres años. Tres años puede ser mucho en el conflicto de Medio Oriente. Y Abu Mazen apenas superó la primera valla. Arafat, según temen muchos observadores, no dejará de hacer todo lo posible por dificultarle el trabajo. (DPA)
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