Las preocupaciones del oficialismo están centradas en la primera vuelta electoral, allí es donde una estrecha diferencia de votos puede disparar un cruce de impugnaciones judiciales que demore el escrutinio. Las encuestas en poder del gobierno, según revelaron fuentes oficialistas, muestran paridad en la competencia entre el segundo y tercer puesto. En cambio, el gobierno considera que el ballottage ofrecerá una diferencia tan amplia entre el primero y el segundo que desestimará cualquier pelea judicial. Frente a la incertidumbre, los operadores del gobierno en el Congreso sondearon incluso a especialistas en derecho sobre el sustento legal que tendría un nuevo presidente designado por la Asamblea Legislativa hasta tanto se resuelva un posible conflicto electoral. La hipótesis refleja las dudas de la dirigencia parlamentaria frente al posible desenlace de los próximos comicios. La ley de acefalía establece que, en caso de que se produzca la dimisión del presidente de la Nación, éste será reemplazado por el presidente del Senado, actualmente a cargo del sanjuanino José Luis Gioja. Si el senador desiste, el tercero en la línea de sucesión es el titular de la Cámara baja, el duhaldista Eduardo Camaño. Los operadores de los principales candidatos tienen actualmente línea abierta con las autoridades del Congreso, con quienes se encuentran analizando las distintas hipótesis poselectorales. En la ronda de consultas abierta, Camaño se reunió la semana pasada con el operador radical Enrique Coti Nosiglia, con quien intercambió dudas y certezas sobre la votación del domingo.
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