El coronavirus causante del síndrome respiratorio agudo y severo (Sars), más conocido como neumonía atípica, experimenta mutaciones con rapidez y facilidad, lo que complicará el diseño de una vacuna y puede favorecer la aparición de cepas más dañinas, según concluyeron científicos del Instituto de Genómica de Pekín. Los investigadores descifraron la secuencia del genoma del virus, aislado de dos enfermos chinos, y la compararon con la lograda en Canadá y Estados Unidos a partir de tejidos de personas infectadas en América. El genoma del coronavirus está formado por una larga cadena de 29.736 unidades bioquímicas (nucleótidos). Sin embargo, la secuencia de unidades del coronavirus que se propaga por Asia y la del que lo hace por Norteamérica muestra apreciables diferencias. El hallazgo, que precisa de nuevas confirmaciones (deben descartarse errores en la secuenciación), enfría las expectativas de diseñar una vacuna de aplicación mundial con la urgencia que demandan los nuevos contagios.
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