Kerbala. - Miles de shiítas, mayoritarios en Irak, comenzaron ayer en Kerbala dos días de una peregrinación excepcional repleta de lemas antinorteamericanos. "¡No al colonialismo. No a la ocupación. No al imperialismo!", coreaban cerca de 3.000 fieles reiterando las palabras de un religioso ubicado en lo alto de un camión.
En Kerbala -la ciudad santa de los shiítas- los peregrinos confluyeron para conmemorar el martirio del imán Hussein, una de las figuras centrales del shiísimo y nieto de Mahoma, muerto en el año 680 en esta ciudad durante una batalla en torno a la sucesión del profeta. Los shiítas, que representan cerca del 60% de los 25 millones de iraquíes, festejaban de este modo el regreso de una libertad de culto que Saddam les había quitado.
La ciudad estaba dominada por un fervor que no se veía desde hacía años. Algunos peregrinos avanzaban en cuatro patas en el polvo, otros se azotaban hasta sangrar. Los cortejos, organizados por región y portando banderas verdes y negras simbolizando el Islam y el duelo, giraban en torno a la gran explanada de Kerbala.
"No al colonialismo"
Religiosa, la atmósfera también era reivindicativa, y los primeros lemas antinorteamericanos hicieron su aparición. "¡No al colonialismo. No a la ocupación. No al imperialismo!", coreaban cerca de 3.000 fieles reiterando las palabras de un religioso ubicado en lo alto de un camión. "Si Estados Unidos permanece en nuestro territorio, sufrirá", agregaron. "¡No a Israel!, ¡Sí al shiísmo. Sí al sunnismo. Sí a la unión del Islam!", gritaban.
Confluyendo desde hace dos semana desde todas las regiones de Irak, especialmente desde el sur de mayoría shiíta, son cientos de miles los peregrinos llegados a Kerbala para conmemorar el recuerdo del 40mo día que siguió al martirio de Hussein, decapitado en Kerbala en el año 680. Luego de días de marcha hasta Kerbala, en algunos casos, y noches sin dormir utilizadas para alabar al mártir, los fieles realizaron su desfile en torno a la gran explanada de la ciudad, golpeándose el pecho con todas sus fuerzas, flagelándose en la espalda o avanzando en cuatro patas.
En el suntuoso mausoleo de Hussein, un edificio de loza azul que tiene 100 metros de ancho, la marea humana fue tan grande que el sermón no pudo desarrollarse porque un flujo incesante de peregrinos entraba y salía para tocar la tumba en el centro del santuario. El servicio del orden, compuesto por jóvenes benévolos movilizados para la ocasión, contenía con mucho trabajo los movimientos de los fieles teniéndose de las manos.
Al amanecer, unos treinta hombres, cuyo cortejo pasaba frente a un hotel ocupado por la prensa extranjeras, habían gritado en inglés "¡No a Estados Unidos, no a Saddam!", y luego "¡No a Estados Unidos, no a Saddam, no a la tiranía!", esto último en árabe. Las fuerzas norteamericanas no están presentes en la ciudad santa, prefiriendo adoptar un papel discreto en las afueras de Kerbala.
Líder secuestrado
Un dignatario shiíta iraquí -el ayatolá Mohamed Taqi al Madrasi- fue secuestrado el lunes cuando viajaba de Irán a Kerbala para participar en la peregrinación y permanece detenido desde entonces, aseguró ayer otro dignatario shiíta en Kuwait al canal de televisión por satélite qatarí Al Yazira. "El ayatolá Madrasi fue detenido el lunes por la noche en una carretera que lleva a Kerbala con unos sesenta compañeros que se encontraban a bordo de dos autobuses procedentes de Irán", comentó Azhar al Jafaji, secretario general del Frente Nacional Islámico iraquí en Kuwait.
"El convoy fue detenido en un retén de carretera en una zona controlada en particular por el Partido Democrático del Kurdistán (PDK) y la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), pero no sabemos qué fuerzas son las que le retienen", afirmó Jafaji. El dignatario shiíta iraní destacó que "el ayatolá regresaba a Irak después de 32 años de exilio, durante los que había luchado contra el régimen de Saddam Hussein". (Reuters, AFPy DPA)