Nueva York. - El levantamiento del embargo impuesto a Irak hace 13 años por la ONU una vez certificado el desarme iraquí, se convirtió ayer en el nuevo escollo diplomático que debe sortear EEUU, mientras el jefe de inspectores de la ONU, Hans Blix, acusó a Washington y Londres de usar pruebas falsas para lanzar la guerra contra Irak y desacreditar su trabajo.
Francia, que junto con Rusia y Alemania encabezó el frente opositor a la guerra contra Irak, propuso la suspensión inmediata del embargo impuesto a Irak por la ONU, pero a condición de que se verifique el desarme iraquí, anunció ayer su embajador ante la ONU, Jean Marc de La Sabliere, tras consultas con el Consejo de Seguridad. Sin embargo, de La Sabliere no precisó si había remitido un "proyecto de resolución" para la suspensión de las sanciones, impuestas en agosto de 1990 después que Irak invadiera a Kuwait. "Propuse que la decisión a tomar sea la suspensión inmediata de las sanciones civiles", dijo el diplomático, quien agregó que "el levantamiento completo del embargo estaba vinculado a la certificación del desarme de Irak".
El Consejo de Seguridad impuso sanciones a Irak después de que invadiera Kuwait y, de acuerdo con las resoluciones del Consejo, son los inspectores de la ONU los que tienen que certificar la eliminación de todas las armas de destrucción masiva para poder levantar las sanciones. Las sanciones contra Irak incluyen un embargo de armas, un embargo aéreo, sanciones diplomáticas y una prohibición comercial, que fue aliviada en diciembre de 1996 para permitir la exportación de petróleo iraquí a cambio de productos de primera necesidad.
El anuncio de Francia coincide con los deseos de Rusia -que sostiene que antes de levantar las sanciones a Irak los inspectores de armas de la ONU deben volver a ese país para confirmar que no tiene armas de exterminio-, y prefigura un nuevo enfrentamiento diplomático con EEUU.
"Las sanciones no tienen sentido"
Washington, que no consiguió el apoyo del Consejo de Seguridad para la guerra que derrocó a Saddam Hussein y lo colocó al mando de Irak, se opone al regreso de los inspectores de armas a ese país y promueve un levantamiento "en breve" de las sanciones, según declaraciones del propio presidente George W. Bush. "Las sanciones no tienen sentido ahora que Irak fue liberado", reiteró ayer el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer. "Las condiciones cambiaron tras la caída del régimen y por ello la ONU debe aprobar una nueva resolución para el levantamiento de las sanciones, sin incorporar las condiciones impuestas por resoluciones anteriores", agregó Fleischer.
Pero una de las condiciones más importantes para el fin de las sanciones era la garantía de que Irak ya no posee armas de destrucción masiva. Además, Moscú y París no están dispuestos a dar un cheque en blanco a Washington, especialmente Rusia, cuyas empresas tienen una participación importante en el programa Petróleo por Alimentos.
En ese marco, el jefe de los inspectores de desarme de la ONU, Hans Blix, fue recibido ayer por el Consejo de Seguridad para discutir el eventual regreso de su equipo a Irak. Blix, que horas antes de reunirse con el Consejo dijo que EEUU y el Reino Unido usaron pruebas falsas para justificar su guerra contra Irak, considera que "el mundo espera un informe creíble sobre el arsenal iraquí". No obstante, el jefe de inspectores afirmó que los expertos de la ONU no regresarán por el momento a Irak, por los riesgos que se presentan en materia de seguridad. Blix, a quien Washington reprocha no haber encontrado pruebas de armas ilegales, también acusó a las autoridades estadounidenses de intentar desacreditar deliberadamente a su equipo en las semanas previas a la guerra en Irak, en un intento por conseguir el apoyo político a una intervención militar.
El embajador de EEUU ante la ONU, John Negroponte, reconoció que aún no está claro si los inspectores de armas de la organización reanudarán su trabajo en Irak, pero aseguró que la coalición anglo-estadounidense asumió mientras tanto "la responsabilidad para el desarme de Irak".
Verificación de la Aiea
En tanto, el director de la Agencia Internacional de Energía Atómica (Aiea), Mohamed El Baradei, ausente en la reunión de Nueva York, se hizo oír en un informe semestral publicado ayer, en el que subrayó que su organismo es el único que puede verificar legalmente la situación de Irak respecto a armas nucleares.
Los militares estadounidenses siguen confiados en que encontrarán armas de exterminio en Irak, pese a que no han descubierto ningún tipo de armamento prohibido tras un mes en el país.
Pero más allá de la verificación de "la amenaza iraquí", la cuestión del levantamiento de las sanciones encierra un entramado de intereses en conflicto por el mercado lucrativo que comprenden las reservas de petróleo en Irak. Mientras Washington ya comenzó a distribuir contratos millonarios para la reconstrucción de carreteras, aeropuertos y terminales petroleras, en beneficio del gigante de la construcción californiano Bechtel y la compañía norteamericana petrolera Halliburton, las grandes empresas europeas presionan ante la posibilidad de quedar al margen.
En ese sentido, la Comisión Europea (CE), que se encarga de los intereses comerciales de la Unión Europea (UE), reclamó ayer a EEUU que en el proceso de reconstrucción de Irak se respeten las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en relación a las concesiones públicas. (Reuters, y AFP)