Todo Central se jugó una patriada cuando el DT decidió cambiar el sistema de juego para compensar a un equipo que había perdido el rumbo ante Vélez y Colón. Con el resultado puesto todo es más sencillo. Pero la visión de los entrenadores siempre va más allá de los guarismos. -¿Lograste compensar al equipo con la línea de tres? -Sí, porque al único que había que adaptar era a Talamonti. Lo de Papa y Ferrari está bastante claro. Lo mismo corre para el Cata (Daniel Díaz) y Petaco (Horacio Carbonari) por un lado y para el Negro (Daniel Quinteros) y Gustavo (Barros Schelotto). No era para tanto. Además no es que el entrenador diga vamos a cambiar esto y punto. Lo charlamos para buscar la mejor opción posible. Yo expongo, explico por qué y escucho las opiniones. De pronto la idea es más clara, sale más genuina. No es algo dictatorial, sino hablado. -¿De qué juega Barros Schelotto? -Creo que juega de todo. Es un gran organizador, un muy buen intérprete de lo que pasa dentro del campo de juego más allá de que tenga un temperamento muy alto. Se acomoda a la izquierda, a la derecha. Habíamos hablado de que estaba un poquito apurado, que se tranquilizara, que cuando perdiera una o dos pelotas buscara jugar corto. Está bien físicamente, como todos por suerte.
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