-¿Central levantó el pie del acelerador en el segundo tiempo? -Como terminó el primer tiempo era probable que en el segundo entráramos en roces. Por eso lo agarré a Almandoz que lo conozco y lo hablé para tranquilizarlo. Eso es típico de un equipo que es superado. Les hablé porque no quería roces. La verdad es que les dije que dejáramos pasar el tiempo. Había que poner el partido en un pozo. Teníamos al Cata y a Gustavo amonestados. Son jugadores importantes dentro de nuestro esquema y ahora viene River. No es que hayamos levantado el pie, sino tratamos de plancharlo al partido: no entrar en divididas, en roces. Eso habla de la madurez del equipo. Hay quienes dicen que uno tiene la obligación de ganar 7 a 0 y yo creo que tenemos la obligación de ganar. En cuanto encontramos el resultado, ya está, listo. Hay que aprender a bajar la persiana y lo aprenderemos con 1 a 0, 2 a 0 o 3 a 0. Boca contra Racing la bajó y chau. -A veces también sucede que los jugadores por propia decisión deciden aflojar para no humillar al rival. -No, no, todo con respeto. Mirá, de ahora en adelante las amarillas son determinantes. Para un entrenador es imposible armar el equipo con dos o tres jugadores menos. Estamos todos muy justitos. Salvo Boca, River y en menor medida Racing, el resto estamos todos iguales.
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