Alejandro Cachari / Ovación
Todavía resuenan los ecos de una victoria impostergable. Sentado desde el lugar de un entrenador que puede jactarse de pelear todo el tiempo por sacarle el jugo a su equipo ante cada oportunidad, Miguel Angel Russo desanda el partido con Chacarita con un tono de voz que sugiere una enorme tranquilidad fortalecida por la satisfacción que le produjo la exposición de su equipo el sábado a la noche en San Martín. Bien podría emparentarse esta historia con aquel "paso a paso" que patentizó Mostaza Merlo cuando llevó a Racing al título. Está claro que caminar en busca de un título es bastante más sencillo que hacerlo para escaparle al descenso. Siempre existen presiones, pero no son las mismas. "Apenas terminé de ganarle a Newell's apareció el tema del posclásico. Todo el mundo empezó a preguntar qué iba a pasar después. Ese era un motivo más de presión. La única manera de terminar con eso era ganar. Lo hablé con los muchachos apenas terminó el partido con Vélez (2-5). Bienvenido sea el triunfo en San Martín porque sirve para sacarnos una cosa más de encima. Todo es bajo presión y nosotros ya la tenemos. La primera es nuestra", confiesa el entrenador antes de aclarar que los canallas tendrán un día más de descanso y volverán a entrenar mañana por la mañana a las 9.30 en Palos Verdes. -A pesar de que ahora están más aliviados, agregar datos que profundicen la presión es demasiado. -Más aliviados hasta por ahí nomás. Todavía el margen de error es muy chiquito. Y va a ser así hasta el final. Lo importante es que empezamos a depender de nosotros mismos, algo que era impensado hasta hace un mes. -Es cierto que el margen de error es muy pequeño, tan real como que el equipo ya dio sobradas muestras de convivir con sus obligaciones a partir de un gran temperamento. Desde que empezó el torneo hasta aquí a Central jamás le pesó su magro promedio para encarar un partido. -Es cierto, es indudable. Pero lo hizo con fútbol, con armas nobles. Pero el temperamento tiene mucho que ver. Me llena de orgullo tener un equipo con este temperamento que le permite superar las adversidades y manejar este momento. La actitud de los muchachos es muy buena y se ve reflejada en un montón de cosas. En el vestuario, por ejemplo, después de ganarle 3 a 0 a Chacarita, había algunos que estaban molestos porque no habíamos tenido el control en el segundo tiempo. Yo los miraba, los dejaba hablar y me llenaba de gusto. Están en la situación y saben que cuando algo no se hace como estaba planificado lo primero que hacen es charlarlo. Me parece bárbaro que lo hagan a 10 minutos de haber logrado una victoria resonante, contundente y que no deja margen para nada. La idea que sacás de ahí es que queremos más. Es muy bueno eso. -Quizás allí esté una de las explicaciones, en este caso puertas para adentro, de cuáles fueron los motivos que permitieron el crecimiento del equipo. Existe un diálogo permanente para que no quede nada librado al azar más allá de que después el rival también juegue. -La comunicación está en todos los aspectos. También se charlan las cosas personales. Algunos por ejemplo tuvieron que crecer muy rápido como es el caso del Chelo (César Delgado), o Papa mismo. Hace apenas cuatro meses que estoy en el club. Llegué en noviembre, pero tuvimos un mes de vacaciones. Para mí como entrenador y para el cuerpo técnico en general es muy poco tiempo. Pero sabíamos que era así. Cuando asumimos en Central sabíamos que todo era rápido, rápido.
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