Un día después del regreso a casa de la soldado Jessica Lynch, liberada en Irak por tropas estadounidenses, las fuerzas aliadas hallaron con vida a siete prisioneros de guerra norteamericanos al norte de Bagdad. El hallazgo corrió a cargo de infantes de marina estadounidenses que avanzaban hacia Tikrit, informó el comandante de las fuerzas aliadas en Irak, el general estadounidense Tommy Franks. Se encuentran "en buen estado", añadió Franks. El secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, indicó que dos de ellos presentan heridas de bala, aunque según informaciones periodísticas pueden andar. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dijo que era "un gran día", a la vez que manifestó su esperanza de que también los demás soldados desaparecidos en acción -al menos 12- puedan ser hallados con vida. Dos de los efectivos rescatados son pilotos de un helicóptero Apache abatido por los iraquíes. Los otros cinco son marines de la compañía de suministros 507, con base en Fort Bliss, Texas. Cayeron en manos iraquíes cerca de Nasiriya, en el sur del país, el mismo día que la soldado Jessica Lynch. Al parecer, los soldados fueron abandonados por sus guardianes iraquíes. Los siete uniformados fueron trasladados en avión hasta Kuwait, donde fueron sometidos a exámenes médicos. Tres de los efectivos recibieron tratamiento médico, pero ninguno tuvo que permanecer en el hospital. Franks señaló que su localización fue comunicada por un informante iraquí.
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