Michael Adler
Londres. - Estados Unidos dio una buena sacudida al mundo árabe e islámico derrocando el régimen dictatorial del presidente iraquí Saddam Hussein y los expertos se preguntan actualmente si esto tendrá repercusiones sobre los regímenes autoritarios de Medio Oriente, como los de Siria, Arabia Saudita o Irán. Un investigador del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) de Londres, Jonathan Stevenson, estima que la gestión de la posguerra, o sea la restauración del orden público y la creación de una autoridad interina, determinará si la caída de Saddam Hussein puede tener "un efecto de transformación política o servir de ejemplo" más allá de Irak. Pero la otra posibilidad, según Stevenson, es que "los árabes sigan desconfiando de las motivaciones de Estados Unidos y sean más propensos a la militancia radical". "Si eso se produce, se podría asistir a un refuerzo de los regímenes autoritarios y dictatoriales que Washington apoya en Egipto, Jordania y Yemen", según la misma fuente. Uno de los objetivos del gobierno estadounidense es convertir a Irak en un ejemplo que propagaría la democracia en Medio Oriente, "la primera prueba pero no la última", según palabras de la asesora del presidente George W. Bush para la Seguridad Nacional Condoleezza Rice. El mundo árabe se encuentra en un momento decisivo de su historia, opina Nadim Shehadi, del Instituto Real de Relaciones Internacionales. "Ahora la cuestión es saber si la caída de Saddam producirá camisetas y gorras de béisbol o reforzará el extremismo", afirmó. Otro investigador del IISS, Gary Samore, experto en no proliferación de armas, estima que la instauración de una democracia en Irak es una "tarea hercúlea. Creo que el tema es saber cómo Washington y Londres serán capaces de gestionar a largo plazo los problemas de la región", agregó. "Muchos expertos regionales creen que Irak es probablemente el país árabe menos abierto al establecimiento de una democracia, teniendo en cuenta la diversidad y las divisiones de su población, su larga historia de violencia política y el sufrimiento engendrado por tres décadas de una de las peores dictaduras de la región", indicó Samore. "Numerosas personas en Washington esperan y creen que la victoria de la coalición anglo-estadounidense en Irak dará a Estados Unidos mucho más peso para influir más en la política nuclear de Irán y el apoyo al Hezbolá", dijo Gary Samore. En su opinión, Irán debería intentar averiguar si los estadounidenses no renunciarán a su "apoyo a los reformistas dentro del sistema iraní para concluir que el régimen en su conjunto está corrompido y que debe ser apartado por los propios iraníes". (AFP)
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