Tratándose de fútbol el exitismo forma parte de su estructura. Central llegó a San Martín anunciando con bombos y platillos un cambio de sistema que según su entrenador le serviría para compensar el equipo. Lo más útil en estos casos es emitir una opinión sin el resultado puesto. Pero ahora, después de la goleada sobre Chacarita (3-0) de anoche es bastante complicado no ponderar en exceso la valiente decisión de Russo de modificar en una semana unas cuantas cuestiones tácticas que significaron, al menos con 90 minutos a la vista, el verdadero resurgimiento futbolístico de Central. La sombra de los partidos sin ganar después del clásico, como sucedió en el Apertura, empezaba a tomar forma de presión. Central se sacó ese estigma de encima. Los canallas rompieron una historia de 24 años sin ganar en San Martín. Volvieron a alimentar su promedio y están en carrera. Los datos son demasiado fuertes como para no caer en el exitismo. Es que entre el fervor desmedido y la realidad suele haber apenas un resultado de distancia.
Central salió a pelearle a la mala miniracha con un estado de concentración realmente ponderable. La personalidad con la que el equipo de Russo afrontó las variantes tácticas que estrenó anoche es un ítem que debe destacarse. El hecho de que haya sido futbolísticamente hablando local en la casa de Chacarita habla de un convencimiento marcado a fuego de como debía hacer las cosas. El resultado, el 3 a 0, es muy valioso pero mucho más lo es que el equipo haya desplegado en la cancha un libreto nuevo que aprendió de memoria en apenas una semana y del que no se salió en ningún momento más allá de alguna que otra zozobra generada por Chacarita.
A propósito del equipo de Pastoriza y regresando a aquello del exitismo, se debe consignar que los funebreros tuvieron una noche impresentable de mitad de cancha hacia atrás en la que Furios, Pena y Almandoz, los tres en el mismo nivel, ofrecieron todo tipo de facilidades para que Central abroche el partido en apenas 23 minutos.
Pero existen otros datos. No sólo Russo reconoce que el mediocampo tricolor es uno de los mejores del fútbol argentino cuando tiene a todos sus intérpretes. Rivero tiene un futuro inminente de equipo grande; Rosada es un pulpo en la mitad de la cancha y Matías Delgado, una de las mayores promesas del fútbol argentino. Ninguno de ellos, con excepción en cuentagotas de Rosada, estuvo a la altura de las circunstancias y sus antecedentes. Ese es un mérito bien canalla. Es que Central asfixió de tal manera a Chacarita que aquel volumen de juego que había perdido ante Vélez y Colón se lo robó al equipo local y se lo devolvió a Messera, Delgado, Figueroa y compañía para que reaparecieran aquellos momentos brillantes del comienzo del torneo.
Tres toques por abajo para que la defensa de Chaca se quede atornillada y Messera defina pisando el área por el carril del diez (13 minutos). Un centro de Delgado, un mal despeje, Ferrari sumado al ataque que asiste a Figueroa y Lucho la pone contra el palo izquierdo (20'). Otra pelota peleada por Delgado que parecía perdida y un nuevo anticipo de Figueroa (23'). Partido terminado.
La versión optimista diría que Central volvió a encontrarse. La pesimista, que sólo se benefició por una mala noche de Chacarita. La realidad marca incontrastable que encontró en la cancha todo lo que buscó en la semana.
Síntesis
Chacarita 0: Navarro Montoya 6; Furios 3, Almandoz 3 y Pena 3; S. Romero 4 (60' Unycio 5), Rivero 5, Rosada 6 y Mea Vitali 4; M. Delgado 4 (60' F. Astudillo 4); Román Díaz 5 y Cela Ruggieri 4. Suplentes: Delpopolo, Arce y Prado. DT: José O. Pastoriza.
R. Central 3: Gaona 6; Talamonti 5, Carbonari 8 y Daniel Díaz 6; Ferrari 6, Gvo. B. Schelotto 7, D. Quinteros 5 (46' Leonforte 6) y Papa 5; Messera 6 (77' P. Sánchez); C. Delgado 8 (81' Mandra) y Figueroa 8. Suplentes: Castellano y Pino. DT: Miguel A. Russo.
Cancha: Chacarita.
Arbitro: Roberto Ruscio (5).
Goles: 13' Messera, 20' y 23' Figueroa (RC).
Amonestados: Gvo. B. Schelotto, y Daniel Díaz (RC); Román Díaz, Almandoz y Unycio (CH).
La Ciudad
