José M. Petunchi / La Capital
El torneo Clausura está vivo. Se encendió en la cima con el tropezón de Boca y la arremetida de River y Vélez. Y vibra abajo, en la zona del descenso, donde el panorama parece aclararse y empieza a acentuarse la tendencia de que la lucha será apretada hasta el final entre los candidatos de la mayoría: Talleres, Unión, Chicago y Huracán -el único que rescató un punto-. Al tiempo que Central, aún sin jugar bien y con un opaco empate, logró abandonar la zona de promoción. En esto mucho tuvo que ver la mano involuntaria que le dio Newell's al doblegar a Unión, en una victoria que le vino como anillo al dedo para apagar el frente de tormenta que se avecinaba por el Parque. En lo que tiene que ver con el techo del Clausura, Boca redondeó una semana negativa al empatar de local ante Olimpo y resignar la punta absoluta del torneo, que ahora comparte con River y el sorprendente Vélez. El equipo de Bianchi no pudo con los voluntariosos bahienses y ahora comparte cartel con su archirrival y el austero pero eficaz equipo de Ischia. La arremetida de River, que al superar a Talleres en Córdoba logró su sexto triunfo consecutivo, le permitió llegar a la punta de la mano de un iluminado Andrés D'Alessandro. Sin tantas luminarias y casi en silencio, pero con una notable eficacia, Vélez marcó la diferencia ante Chicago y luego se dedicó a conservarla. A ellos, Racing, que dio cuenta de Banfield, no le pierde pisada. Central, que el sábado a la tardecita se fue con una mueca de disgusto por un empate que tuvo sabor a derrota ante Colón, con los demás resultados a la vista terminó valorando ese punto, porque le permitió abandonar la zona de la promoción. Y ahora deberá pelear con uñas y dientes para no volver a ese incómodo e indeseado lugar. Newell's, en tanto, ayer jugó para disfrute de su gente y para conveniencia de Central. Porque los rojinegros además de conseguir un impostergable y ansiado triunfo ante los tatengues, algo que no lograba desde la 3ª fecha cuando superó a Arsenal, despejaron los nubarrones amenazantes que asomaban por el Coloso. Pero al mismo tiempo, le dio una mano grande a su archirrival para zafar de la zona roja. Independiente logró salir de zapatero al obtener su primer triunfo en el torneo ante Chacarita, mientras que San Lorenzo sigue siendo una de las grandes decepciones del certamen, a punto tal que la hinchada pidió durante el empate ante Gimnasia la dimisión de su técnico Ruben Insua, a quien sólo lo sostiene en el cargo el título que logró en la Copa Sudamericana. Faltan muchos capítulos, pero la película del Clausura parece que seguirá concitando el interés del gran público.
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