Con el opaco empate logrado en la Bombonera ante Olimpo, Boca Juniors cerró una semana insospechadamente negativa, resignando la punta en soledad del torneo Clausura y comprometiendo el tan importante primer puesto en su grupo en la Copa Libertadores, algo que hasta hace dos fechas era impensado. Toda una rareza en los dos ciclos de Carlos Bianchi en el club. Los deslices xeneizes encendieron el grupo 7 del certamen continental y todavía más al campeonato local, que ahora dibujó una cima compuesta por tres equipos, el renovado River, el sorprendente y joven Vélez Sarsfield y un Boca no tan letal, que mostró algunos signos de debilidad.
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