El McLaren de Raikkonen había sido autorizado antes de la carrera a cambiar su motor, en una decisión polémica de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), que fue protestada por Ferrari y otras escuderías pero que no alteraría el resultado del Gran Premio de Brasil. La FIA autorizó el cambio debido a una pérdida de agua que, según la escudería, ponía en duda la seguridad del vehículo y del piloto. Las escuderías rivales protestaron y algunos recordaron que en el GP de Malasia, Raikkonen aprovechó un vacío en las nuevas reglas y en la vuelta previa entró rápidamente a boxes aduciendo un problema. Allí cargó combustible suficiente y volvió a entrar en pista. Partió desde el último lugar pero hizo sólo una parada en boxes, lo cual le permitió ganar la carrera.
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