Año CXXXVI
 Nº 49.798
Rosario,
lunes  31 de
marzo de 2003
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El sucesor de Edgardo Storni se hizo cargo ayer de la arquidiócesis capitalina
Arancedo instó a "sanar heridas" al asumir en el arzobispado santafesino
Durante su homilía, el nuevo prelado destacó la independencia entre la Iglesia y la comunidad política

Marcelo Carné Jorge Sansó de la Madrid / La Capital

Santa Fe. - "Vengo a encarar el desafío de mirar hacia adelante y en un contexto de profunda gratitud a vivir la comunión de una Iglesia viva y rica como la de Santa Fe al servicio del hombre y con Cristo vivo en cada uno de sus miembros", afirmó anoche poco después de haber tomado posesión episcopal como nuevo arzobispo de la capital santafesina, monseñor José María Arancedo. La ceremonia litúrgica se realizó al aire libre al caer la tarde de la víspera, en el atrio de la Catedral metropolitana ubicada frente a la plaza 25 de Mayo.
El nuevo arzobispo recibió un cálido recibimiento en una jornada ventosa y fría. Llegó a la sede de la arquidiócesis en un jeep del ejército, parado en la caja del vehículo y saludando a su paso por la avenida General López a los fieles que lo vivaron y saludaron con pañuelos en alto, bajo una tenue llovizna.
Estuvieron presentes el nuncio apostólico, monseñor Santos Abril y Castelo, y unos treinta dignatarios de todo el país como el arzobispo rosarino y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Eduardo Mirás, y los arzobispos de San Isidro, Jorge Cassaretto, y Morón, Justo Laguna. También participaron de la misa concelebrada de posesión canónica el gobernador Carlos Reutemann, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Rafael Gutiérrez; el titular de la Cámara de Diputados, Alberto Hammerly, y el intendente Marcelo Alvarez, entre otras autoridades de diversos ámbitos.
Sucesor del procesado obispo emérito Edgardo Storni -alejado a fines del año pasado envuelto en un escándalo por la presunta comisión de abusos sexuales contra seminaristas-, Arancedo anunció que se tomará "el tiempo que estime necesario" para designar a sus colaboradores. Por lo pronto tuvo palabras de elogio para el administrador arquidiocesano, monseñor Moisés Blanchoud, quien encabezó la transición. "Dio el testimonio de un hombre de Dios que le dijo sí a la Iglesia cuando se lo pidió. De ahora en más tenemos que crecer en la caridad para sanar heridas y sobre todo mirar con esperanza el futuro", afirmó.

"Servidor de Jesucristo y los hombres"
Durante una homilía de 25 minutos, el flamante arzobispo se definió como "un servidor de Jesucristo y de los hombres", afirmó que "la mayor pobreza del hombre es la falta de trabajo" y definió a la política como "un acto de nobleza y ejemplaridad social".
En uno de los párrafos salientes de su mensaje se detuvo a analizar "las relaciones de la Iglesia con la comunidad política". En una referencia que pareció aludir implícitamente a la gestión de Storni, subrayó: "La Iglesia nos dice en el magisterio que por razones de su ministerio y de su competencia no se confunde en modo alguno con la comunidad política ni está atada a sistema político alguno. Y es, a la vez, signo y salvaguarda del carácter trascendente de la persona humana. La Iglesia funda su autoridad en Jesucristo y en el poder de Dios, no pone su esperanza en privilegios dados por el poder civil sino que se apoya en la verdad de su doctrina".
Agregó que en dicho "contexto de independencia y autonomía ambas, sin embargo, están al servicio de la vocación del hombre" y le solicitó a la dirigencia política "que ponga todo su esfuerzo y capacidad al servicio del bien común, pensando principalmente en aquellos hermanos nuestros que viven el drama de la pobreza, la marginalidad o la desocupación".
"Cuando la política se vive con vocación, honestidad y entrega es un acto de nobleza y ejemplaridad social que eleva la cultura ciudadana, crea las condiciones de diálogo maduro en la sociedad y es garantía de desarrollo, equidad y de paz", sostuvo Arancedo, y recordó palabras de Juan Pablo II, quien -refirió- "no dudó en llamar a la política un verdadero acto de caridad social".



Monseñor José Arancedo fue recibido ayer por sus fieles. (Foto: Roberto Paroni)
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