Al concluir la emotiva ceremonia eclesiástica, el gobernador Carlos Reutemann se acercó a saludar al nuevo jefe de la Iglesia Católica santafesina y mantuvo con monseñor Arancedo su primer diálogo fuera de protocolo, con los periodistas como privilegiados testigos: -Me alegro mucho, porque veo que lo han recibido con mucho afecto- le dijo Reutemann mientras le estrechaba los brazos al prelado. -De acuerdo, ya nos veremos con más tiempo, ya sea haciéndole una visita o recibiéndolo en la Curia ya mismo- fue la cálida respuesta de Arancedo. -Con mucho gusto, además estamos cerquita- concedió Reutemann con una amplia sonrisa y mientras le señalaba al arzobispo la Casa Gris situada a sus espaldas a sólo cien metros de distancia.
| |