Año CXXXVI
 Nº 49.790
Rosario,
domingo  23 de
marzo de 2003
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La Academia de Hollywood celebra la noche del Oscar a pesar de la guerra
Una ceremonia obligada a mantener bajo perfil
La entrega tratará de evitar los contenidos políticos

La ceremonia de la edición 75ª de los premios Oscar se llevará a cabo en el teatro Kodak de Los Angeles, pero sin el glamour ni el chismerío de otros años. El encuentro será conducido por el histriónico Steve Martin y entre los presentadores de premios se contarán Ben Affleck, Julia Roberts, Susan Sarandon y Michael Douglas, en tanto que entre los números musicales se espera la actuación de Caetano Veloso y U2, entre otros. La cadena ABC televisará para todo el mundo y en la Argentina se podrá ver por TNT y por Canal 9.
El tema de la guerra no estará ausente de la ceremonia, aunque los presentadores tienen vedado expresar sus opiniones políticas. Pero más allá de las opiniones, el contexto hará presente el tema. La primera señal es que este año no habrá alfombra roja. La decisión de levantar ese tradicional espacio tiene dos lecturas: por un lado es una forma de respeto al dolor que causa una guerra, pero por otro es un forma de control de opinión, ya que los actores sólo podrán hablar ante un micrófono si ganan un Oscar, y el tiempo que se les brindará para su alocución será de 45 segundos.
Sin embargo, muchos miembros de Hollywood creen que las estrellas lograrán hacer sus declaraciones políticas a pesar de las barreras que la Academia les pondrá. "Apuesto cualquier cosa a que las estrellas harán declaraciones políticas", dijo el publicista de Hollywood Tom O'Neill, quien recuerda que cadenas de televisión en todo el mundo, con un total de más de mil millones de espectadores, seguirán en directo la ceremonia. Una tentación demasiado grande para los opositores a la guerra entre los astros participantes en la entrega.
La realización de la ceremonia parece asegurada a pesar de la guerra, pero al cierre de esta edición, el productor de la gala Gil Gates, que una y otra vez aseguró que "el show debe continuar", ya no excluía la posibilidad de postergar la ceremonia. Si los acontecimientos de la guerra no dejan otra elección, la decisión podría tomarse poco antes de la gala, que está previsto comience hoy a la tarde (hora de EEUU) en Hollywood.
La Academia comunicó que es "consciente de que debido a la guerra muchos invitados famosos se sentirían incómodos haciendo entrevistas y posando para las cámaras". Daniel Day-Lewis, nominado como mejor actor por "Pandillas de Nueva York" dijo que la parecía "obsceno estar bailando sobre la alfombra roja mientras moría gente".
Seguramente no hubiera sido el único que habría repetido estas palabras ante las cámaras. El español Pedro Almodóvar, candidato en las categorías de mejor director y mejor guión original por "Hable con ella", calificó la guerra de "una catástrofe, que afecta a millones de personas".

La plataforma de los shows
Los shows también pueden aportar problemas para los organizadores, ya que entre los invitados se cuenta U2, la banda liderada por Bono, uno de los mayores activista por la paz. También está programado una actuación de Catherine Zeta Jones y Queen Lafith, pero no se espera que adopten un tono crítico.
En la ceremonia los artistas sólo podrán hablar ante un micrófono si ganan. "En los 45 segundos que les pertenecen pueden decir lo que quieran, en el marco del buen gusto", dijo Cates. Las estrellas que oficien de presentadoras de cada uno de los premios, en cambio, recibieron instrucciones de callar.
Claro que nadie espera que Susan Sarandon y Dustin Hoffman, miembros activos de la iniciativa Cinema for Peace, se atengan a esas reglas. Lo que no se sabe es si sus palabras serán transmitidas por televisión. ABC ya anunció que en el caso de que lleguen noticias importantes desde el frente interrumpirá la transmisión para comunicarlas a la audiencia.
Por otra parte, los medios fueron excluidos de varias de las fiestas post-Oscar organizadas por los estudios y el famoso Governors Ball, la celebración oficial de la Academia. Si a último momento éstas se suspenden junto con los Oscar, Wolfgang Puck, el cocinero austríaco encargado de la cena, donará toda la comida a los pobres.



Steve Martín deberá medirse con sus comentarios.
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